Jungkook es abandonado por su padre en un bosque, no porque no lo quisiera, sino por lo que el futuro del niño traía consigo.
Jungkook es adoptado por los sirvientes de la familia real y desde entonces creció rodeado de amor. Tanto el de quienes lo...
El invierno había llegado hace poco pero ya había demostrado que sería difícil de aguantar.
El reino de Belamour estaba cubierto de nieve y era azotado por fuertes ráfagas de viento helado.
Una de las tormentas de nieve más fuertes de todos los tiempos.
A las afueras del pueblo, en un campo cruzando el bosque a varios kilómetros del castillo, se encontraba una pequeña cabaña.
Era de madera, muy precaria y maltratada.
Dentro de ella se encontraba la familia Jeon.
Era una familia humilde y numerosa. Misuk y Junseo eran padres de cinco hermosas niñas.
Cinco hermosas niñas que en medio de aquella desgarradora tormenta estaban muriendo de hambre.
Pues la familia Jeon vivía de sus cosechas y ganado, pero debido al frío la cosecha se arruino y el ganado enfermó.
Ellos y los pocos vecinos que los rodeaban en el campo habían perdido todo.
Estaban verdaderamente necesitados.
—Mamá...—susurró Dahyun, la mayor de las hermanas—tengo... tengo hambre...
Misuk, con un nudo en la garganta, la abrazó. —Lo sé mi niña, se que tu y tus hermanas tienen hambre y también frío. Les prometo que todo será mejor en la mañana. Solo resistan esta noche.
Junseo, quien observaba desde la puerta, repentinamente colocó su abrigo y luego sus botas.
—¿Donde vas?—preguntó Misuk
—Iré por leña, el fuego se apaga y la casa comienza a enfriarse
—Aún queda leña. No me mientas, ¿Donde vas?
—¿Esperas que me quede de brazos cruzados cuando mi familia ha estado sin comer durante casi dos dias enteros? Debo hacer algo
—¿Que puedes hacer? No tenemos nada para intercambiar por comida en el mercado. Mucho menos tenemos oro. Lo mejor será esperar a la mañana.
—¿Esperar? Por favor Misuk... no soporto verlas así. Déjame ir y ver si puedo conseguir unas gallinas o al menos un poco de pan y leche o huevos para tener al menos una comida el día de hoy—pidió con desesperación
Misuk solo observo a su esposo con sus ojos llorosos y no pudo hacer más que asentir. —Por favor ve con cuidado
Junseo asintió —Lo haré, vendré enseguida.—se acercó a la salida—las amo.—dijo para luego salir.
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Junseo se encontraba caminando por el bosque con la esperanza de encontrar algo para cazar y llevar a su hogar.
Más lo único que conseguía era que el frío viento queme su rostro.
