Capítulo cinco.

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Allí estaba.

Era real.

Jungkook estaba ahí, parado frente a él.

Estaba muy cambiado, demasiado.

Su cabello era más oscuro, su mandíbula definida y lo que una vez fue un niño pequeño y débil se había convertido en un hombre fuerte y musculoso.

Jungkook se había convertido en un caballero como el de los cuentos que solían leer.

—Estas aquí...—musito Jimin sin poder creerlo

¿Que debería hacer? ¿Debería saludarlo con formalidad? ¿Debería estrechar su mano? ¿Abrazarlo? ¿Aún había esa confianza entre ellos?

—Si, promesa de caballero...—señalo el anillo en su dedo

El rubio sonrió en grande, Jungkook aún conservaba el anillo, no se había olvidado de él.

En ese momento Jimin corrió hacia el pelinegro quien lo esperaba con los brazos abiertos para fundirse en un abrazo.

Abrazo que se sintió como una caricia al alma, se sintió como si los planetas se alinearan.

Jungkook apretó su cintura con fuerza y lo levanto en el aire, ahora que tenía el triple de fuerza que cuando tenia dieciséis años levantarlo fue como levantar una pluma, y comenzó a girar con el en brazos.

—¡Estas aqui!—exclamo Jimin con felicidad—¡Haz vuelto!

—Estoy aquí—lo dejo de nuevo en el suelo y deshizo el abrazo—He vuelto

—Tenía tanto miedo de que no me recordaras pero ¡Estas aquí!—jimin estaba demasiado emocionado—tengo tantas cosas que contarte, he aprendido muchas cosas, he leído mucho, he hecho esgrima, también equitacion, se hablar inglés y francés y también aprendí a cocinar y....

Jungkook interrumpio sus palabras con una carcajada
—Te extrañe mucho—dijo genuinamente

—También yo, muchísimo

Un silencio se formó, un silencio algo incómodo a decir verdad...

Ambos tenían mucho que decir y hacer juntos pero ninguno sabía por dónde empezar porque ambos estaban pensando en lo bien que se veía el otro.

Jungkook no podía dejar de mirar cuanto había cambiado su príncipe, sus labios eran aún más gruesos, sus ojos de medialuna seguían ahí pero ahora se veían diez veces más hermosos, y su cuerpo... sus curvas... todo había cambiado demasiado.

—Haz crecido mucho—jungkook rompió el silencio

Jimin sonrió
—También tu, eres muy....—lo observo de arriba abajo buscando las palabras, jungkook era muy imponente y varonil—fuerte... ¿Cómo lograste terminar el entrenamiento tan rápido? Papá dijo que nadie lo logra en menos de cinco años

—Bueno... digamos que no tenía planeado a terminarlo tan temprano pero me vi obligado a hacerlo

—¿Sucedió algo?

—Una larga historia... ¿No quieres mejor ir a pasar el día conmigo y mi familia? A mamá le costó mucho convencer al rey de que te deje hacerlo

—¿Lo de los caballos era mentira?

Jungkook se encogió de hombros
—Quería sorprenderte—sonrió—vamos—tendió su mano

Jimin la tomó gustoso y se dirigieron hacia donde se encontraban las pequeñas casas detrás del castillo donde vivía la servidumbre.

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BELAMOUR -kookmin- Onde histórias criam vida. Descubra agora