Italiana - Carlos Sainz

ii. chi è carlos sainz jr?

📍 Maranello, Italia

Una de las ventajas de vivir en Maranello es que es un pueblo, aproximadamente 17 mil personas vivimos acá. De los cuales la gran mayoría trabaja de los motosport o del turismo que trae la gran "Ciudad de Ferrari". Siete escuelas, la fábrica de Ferrari, el circuito, muchos lugares de comer y un cine eran de las cosas más importantes para mi. Vivir en este lugar había sido un cambio rotundo en mi vida, no solo porque ahora tenía que pensar también en Giuliano y su futuro y educación, sino porque yo había crecido en Turín, la capital de Piamonte ¡Habían más de 4 millones de personas!

Los primeros dos meses trabajando aquí, viajaba 3hs en auto hasta la fabrica y volvia a mi casa. Giuli era cuidado por mi mamá o mi papá por ocho horas y solo llegaba a desayunar y cenar con él. Fue ahí cuando decidí mudarme, vivíamos en un condominio de dos habitaciones, living y cocina, un lugar chico pero que estaba justo en el centro de Maranello. Podíamos caminar hasta el Kindergarten, a veces caminábamos hasta la fábrica y vivíamos tranquilos. Salvo por los turistas, conocíamos a la mayoría de personas que vivían ahí.

Hoy, sábado, había recibido una llamada de urgencia de parte de Ferrari, me querían en la Academia porque uno de los chicos necesitaba que estuviese con él hasta que llegaran sus padres. Gianluca Petecof sería ascendido el año que viene al Campeonato Europeo de Fórmula Regional, el brasilero necesitaba tener todos los papeles al día, evaluaciones psicofísicas y la firma de sus padres.

Llame a mi mamá, no podía venir porque irían a ver a mis abuelos, la vecina había ido a ver a sus hijos a Bologna y yo estaba entrando en desesperación. Tenía que estar allí a las 10am, eran las 9:40 y todavía no sabía con quién dejar a mi hijo. Recurrí a mi contacto de emergencias y fui a cambiarme mientras esperaba.

El timbre sonó, así que corrí hasta la puerta, Giuli todavía no se había despertado.

- La mejor niñera de Europa llegó. - Se sacó sus lentes Ray-Ban dejándome ver sus ojos azules verdosos.

- Charles, juro que no quería molestarte un sábado.

Negó con la cabeza mientras entraba a la casa. - No es ningún problema, encima me das acceso a tu comida gratis.

Puse los ojos en blanco y el monegasco se carcajeó mientras se acercaba a saludarme.

- Es broma, ¿Dónde está il bambino?

- Sigue durmiendo, debería despertar antes de las diez. - Señalé con la cabeza mi cocina. - Puedes sacar cualquier cosa, no me molesta, puedes llamarme cualquier cosa. No creo que tarde mucho, hay dinero en la mesa de la entrada por si quieren salir a desayunar.

- Si, si, si, vete ya, llegarás tarde. - Empezó a darme suaves empujones hacía la puerta. - Te llamaré si ocurre algo, ten un bonito día.

Besó mi cabeza y me cerró la puerta en la cara, ni siquiera pude agradecerle.

Al estar fuera de la casa me encontré con una Ferrari roja y justo detrás mi bonito FIAT Cronos. Sonreí mientras me dirigía a la puerta de piloto.

(...)

Puse la llave en la hendidura de la puerta y la gire, al entrar vi que todas las ventanas estaban tapadas y que se estaba transmitiendo una película en el televisor. Entre sin hacer mucho ruido, deje las bolsas en la mesa.

- No vine de tan lejos para verte renunciar. - La voz del personaje de la película de Cars hizo que sonriera. Hice un ruido para que notaran mi presencia, ambos castaños se giraron para verme y Charles pausó la película de Pixar.

- ¡Mami!

Corrió del sofá hasta colgarse de mis piernas, tenía su pijama rojo con el escudo de ferrari en el pecho y claramente no se había cepillado el cabello.

- El Rayo McQueen mami. - Señaló la pantalla. - ¡Y Charles!

Leclerc movió su mano saludándome desde el mueble. - Oh lo veo.

- Desayunamos croissant - La palabra fue pronunciada con acento francés, obra clara del piloto. - ¡Y ahora vemos la película!

Lo tomé en brazos mientras le señalaba las bolsas de madera. - ¿Sabes qué traje? - Mi niño negó con su cabecita, haciendo que sus pequeñas ondas se movieran con él. - Lasagna.

Chilló feliz mientras se inclinaba para decirme un "secreto". - ¿Podemos invitar a Charls a comer con nosotros?

Asentí mientras le decía que fuera a invitarlo. Quizás no era mucho, pero era mi forma de agradecerle haber cuidado a Giuli.

- Oh si Andrea se enoja por saltarme la dieta diré que es culpa tuya.

- Tomo cualquier tipo de responsabilidad al respecto.

Pusimos los platos y vasos sobre la mesa para poder comenzar a comer, a insistencia del niño la película seguía reproduciéndose. Con Charles empezamos a hablar de temas triviales, como familia, su novia, la scuderia, la academia y esas cosas de las que podíamos hablar por horas. Una vez terminado Cars, el menor empezó ha hablar con nosotros.

- Oh ma. - Dejé de prestar atención en mi comida para dirigir la mirada a Giuliano. - ¿Quién es Carlos Sain?

Charles me miró con una ceja levantada.

- Un piloto, como él. - Señalé al monegasco. - Corre para McLaren, se llama Carlos Sainz.

- ¡El de naranja!

Chales seguía lanzando miraditas.

- Si, ese.

El ceño de Giuliano volvió a fruncirse. - ¿Por qué tienes sus fotos?

Una carcajada quiso salir de mis labios. - ¿Has estado revisando mis cosas?

Mientras cruzaba sus brazos miró a Leclerc.

- ¿Tu conoces a Carlos?

Sorprendido porque lo incluyera en la conversación el de ojos claros asintió.

Muy pocas veces presenciaba los celos de mi hijo, no me preocupaban porque se que se le pasarían cuando tuviera todas las respuestas a las preguntas que hacía su pequeña cabeza.

- ¿Es bueno?

- ¿En la pista o cómo?

- Corriendo.

- Creo que sí, ¿quieres que lo busquemos en youtube?

El resto de la tarde se pasó viendo videos de pilotos, charles trato de explicarle lo más que podía. Giuli preguntó lo que quería hasta que el piloto tuvo que irse.

- ¿Te gusta?

- Me gusta más el fútbol.

Asentí con la cabeza, todavía era un niño.