Capítulo 18: Veintidós años

245 23 0
                                    

Capítulo 18: Veintidós Años

El último año de universidad de Lisa pasó muchísimo más despacio que los tres anteriores. Al menos eso les pareció a ambas. Tal vez fue porque estaban deseando que acabase de una vez porque eso significaba que la pelinegra volvía a su pequeña ciudad. Volvía para quedarse. Para quedarse!

Lisa se había sacado derecho con unas notas increíbles y por supuesto que recibió ofertas de todo tipo. Jennie sabía que sucedería algo así. Eso le pasaba por enamorarse de la cerebrito de su mejor amiga. Mantuvieron charlas largas, eternas incluso, sobre lo que Lisa debería hacer, sobre lo que la pelinegra quería hacer con su vida y en todo momento intentó pensar y aconsejarla como amiga que quería lo mejor para ella y no como su novia que estaba deseando que lo dejara todo por regresar a su lado y vivir para siempre juntas en su pequeña ciudad. Tener hijos, tal vez perros, una cabaña en el árbol... Había hecho lo posible lo imposible por no interferir en las decisiones de la pelinegra, por no comportarse egoistamente y creía que en menor o en mayor medida lo había conseguido. Lisa se lo había pensado, aunque en el fondo la pelinegra también sabía que no había mucho que pensar. Lo que quería, lo que siempre había querido estaba más que claro... no necesitaba introspecciones profundas para descubrirlo. Eligió lo único que podía elegir. Regresar. Y no "regresar a su ciudad", su ciudad era algo secundario. Eligió regresar a Jennie. Si su chica hubiese estado viviendo en Alaska, se hubiera comprado un abrigo de plumas increíblemente gordo e increíblemente calentito y se hubiera metido en el primer avión disponible.

Y de repente el malhumor que había caracterizado a la morena durante durante los últimos meses en los que Lisa y ella habían peleado más que en toda su vida desapareció por arte de magia y empezó a ser amable incluso con Jackson. Se levantaba por las mañanas y tachaba un día más en el calendario. Un día menos de los que Lisa no estaba allí con ella y luego iba al taller silvando alegremente o incluso tarareando alguna cancioncilla que acababa de escuchar en la radio, y repartía sonrisas y "Buenos días" sin ton ni son. Tanto buen humor se debía sobre todo a la vuelta inminente de Lisa, pero también a que su chica y ella habían dejado de pelearse con tanta frecuencia. Lo peor había pasado. Había pasado y seguían juntas.

Y por fin había llegado el día que llevaba esperando desde los dieciocho! Lisa volvía a Hanam. Volvía para siempre! Todo el miedo que había sentido aquel primer año de universidad de su chica, pensando que tal vez Lisa decidiera que quería unirse a Green Peace y salvar el planeta, todo ese miedo había resultado ser infundado porque Lisa continuaba queriendo vivir allí con ella y comprarse una casa a las afueras, tener hijos y construir una cabaña en un árbol. Lisa continuaba queriéndola a ella y era estúpido el pensar que aquello podía cambiar. Iba a empezar un período de prácticas en la única firma de abogados de la localidad, tres meses de prácticas y, si todo iba bien, sería la sustituta permanente de uno de los socios que se jubilaba aquel mismo año.

Y había sido genial que la pelinegra se trasladara a su piso y ahora era más genial aún porque iba a estar ahí siempre y no sólo los fines de semana y en vacaciones.

El día que Lisa regresó de la universidad para instalarse permanentemente en su piso era otro de sus recuerdos favoritos, y no sólo por lo obvio: Lisa volvía para siempre, sino también porque no fue solo "el día que Lisa regresó de la universidad".

Lisa y Jennie a los veintidós años

Ella no quería decir nada pero... de verdad Lisa necesitaba tantísimas cosas para vivir? En serio... el piso estaba completamente invadido por sus cajas.

Cada una con su correspondiente inscripción revelando su contenido. "Ropa de Lisa", "Libros de Lisa" , "Discos de Lisa", "DVDs de Lisa". Ya le había dicho a su chica que no era necesario el "de Lisa" ya que nadie más se estaba mudando a su piso, sabían que todo era de Lisa. Pero a ella le debía gustar escribir su nombre con aquel rotulador negro porque había continuado especificándolo de todas formas.

A través de los años (Jenlisa) Where stories live. Discover now