•●•𝐒𝐀𝐍𝐆𝐔𝐄•●•

◧ 𝟎𝟐.𝐕𝐀𝐂𝐔𝐍𝐀 ◨

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Amelia estaba empacando unos sándwiches de pollo en la mochila de la pequeña Ellie, quien la observaba fijamente ante cada movimiento, solo el silencio que se había formado entre ellas se rompió al momento que la menor se aclaró la garganta para traer la atención de la azabache. 

—¿Así que Marlene y tú...?—preguntó la femenina torpemente—Ya sabes

—Es como si yo te preguntara acerca de esa chica Rebeca o algo así—Amelia respondió con irritación

—Es Riley—corrigió la contraria con un bufido—Y está bien, solo quería que este momento no fuera tan jodidamente incómodo

—Niña, no tienes idea de lo que se avecina, ¿cierto?—se mofó la de cabellera ónix—Mi prioridad es tu puta seguridad, haré lo que sea necesario para mantenerte a salvo—declaró con severidad y sincera, cosa que hizo que Ellie se asombrara ante aquella promesa, antes y después de Riley, Amelia fue la única persona que arriesgaría su vida por la de ella.

—Gracias—murmuró la pequeña en voz baja, incluso temió que la contraria no la haya escuchado—Y entonces, ¿Cómo es que llegaste a Boston?—preguntó curiosa

—Seguramente de la misma forma que tú—Lia la observó sin expresión—Por maldita mala suerte

Ellie soltó una risilla mientras tomaba el cuchillo que estaba resguardado en su pantalón y comenzaba a girarlo con maestría, Amelia la observó antes de acercarse a ella y tomar el arma entre sus manos. La menor estaba por replicar hasta que divisó con sus orbes abiertos de par en par la manera en la que la contraria hacía danzar la navaja de un lado a otro, lanzándola ligeramente en el aire antes de volver a tomarla, como un baile delicado pero mortal. 

—Wow—Ellie exclamó impresionada, antes de pintar una enorme sonrisa en su rostro—Tienes que enseñarme a hacer eso

—Cuando acampemos—asintió con la cabeza la mayor—Te enseñaré a no dejar rastros, como si tus huellas fueran borradas de la nieve, también a cazar y seguir un rastro—comentó Lia mientras tomaba la mochila de la joven y se la entregaba.

—Amelia...—Ellie exclamó con nervio—Tengo miedo—declaró finalmente

—No tienes porque—la femenina la observó fijamente, pero sin una pizca de dulzura en su ser, solo verdad—Voy a protegerte de lo que sea, ahora andando, Marlene espera.

Amelia abrió la puerta para permitir que Ellie pudiera pasar, pero de un segundo a otro el momento que ambas compartieron fue sustituido por el pavor en el cuerpo de la adolescente al escuchar unos disparos resonar en el aire, la azabache mantuvo la calma en todo momento cuando tomó el hombro de la chiquilla y la llevaba a una habitación