Boyfriend

- 02 - Indiscreción -

¿Qué indiscreción sería entrar aquella casa en esa misma noche?

Por supuesto que Spreen iba a obtener una respuesta inmediata. Debido a su recién pelea con Vegetta, realmente necesitaba distraerse en algo, tratar de que sus malditos instintos de oso no descolocaran en su raciocinio, debía mantenerse controlado y solo había una personas a en esa extraña y maldita isla, capaz de mantenerlo al margen de sus primitivos impulsos de destruir todo a su paso.

Roier.

Pero aquello se había ido a la poronga, una vez que entro y encontró a Osito Bimbo sentado sobre el colchón de la cama que se miraba por la ventana, con Roier recostado en sus piernas, mientras que el albino leía y acariciaba las hebras castañas de Roier, quien se encontraba relajado, hasta parecer dormido sobre el regazo de Cucurucho.

── ¿Qué hace el pedazo de mierda ese, en esta casa? ── retomó en un momento el argentino, mirando ahora al mexicano quien se levanto de inmediato.

── Yo lo invité ── respondió con seguridad el castaño.

El albino también se levanto de aquel cómodo lugar, mirando al recién llegado, olfateando la tensión y ansiedad que comenzaban a perpetrar en el ambiente, SU querido y acoger territorio.

── Buenas noches ── la voz de loquendo sonó, siendo el mismo quien diera una leve reverencia hacia el argentino.

Este gruño, sabía que no había posibilidad de despegar al maldito oso de la araña boluda, que ni sabía entenderlo, sin tener oídos para saber su versión de los hechos, aquel día donde la amistad se fracturo gracias a un trato con el maldito oso rojo.

── ¿Qué poronga hace este acá, Roier? ── pregunto nuevamente, señalando al albino pegado al arácnido mexicano, quien apenas restregaba suavemente su rostro con la castaña cabellera del menor.

── Ya te dije, yo lo invite a pasar la noche ── volvió a decir el menor.

Las manos de Cucurucho abrazaron la cintura del mexicano, y claro deseaba que Roier no sintiera el asqueroso ambiente que se formaba por culpa de Spreen, sus instintos le pedían arroparlo con su cuerpo, haciéndole sentir seguro y en confianzs, pero aquello solo hizo que el argentino híbrido gruñera por estar en el territorio que le pertenecía, y tomar a su pareja deliberadamente.

── Soltalo pelotudo ── habló Spreen hacia Osito Bimbo.

── No

── ¿Acaso no escuchas pedazo de mierda andante? Soltalo, ahora.

── No.

Roier ya entendía un poco mas a Cucurucho, y no solo eso, entendía los tonos amenazantes en la voz de Spreen, y claro que ahora temía por el posible enfrentamiento entre ambos híbridos de oso. Ya que entendia cuando una amenaza estaba dentro del territorio de otro híbrido de igual especie, y es que ya había tenido varias experiencias similares al estar con Spreen, aunque aquello no era problema ya que todos temían de Spreen, varios salían amedentrados por el mismo argentino y su capacidad para ahuyentar y asustar a todo aquel que quisiera propasarse con Roier, pero ahora siendo ambos híbridos de oso, no sabia que podía suceder, menos cuando era Osito Bimbo quien no temía de Spreen.