20 AÑOS DE TU VIDA

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—¡Matthew! ¡¿Matthew, dónde estas?!

El niño abrió sus ojitos de forma pesada después del sueño tan extraño que tuvo. Su madre corrió al verlo recostado bajo un frondoso árbol de cerezo.

—¡Matthew!..¿qué haces aquí? estuve buscándote por todos lados. No vuelvas a desaparecer de ese modo

Matthew no pudo pronunciar nada, apenas si escuchaba las palabras de su madre instándole a ponerse de pie para ir a la sala de terapia intermedia, sintió un extraño calor por su mano y recordó a Ed Talbot.

—¡Gleen! ¿Dónde está mi hermano?

—Matthew..tu hermano está donde siempre. Tenemos que ir con él, ya nos autorizaron que entres a la habitación para despedirte.
Dentro de una hora lo ingresarán al quirófano.

Mientras haya latido en el corazón, hay solución Matthew.

El niño recordó las palabras de Ed y sus orbes se abrieron enorme, miró el trozo de papel y comenzó a soltarse de la mano de su madre.
—Matthew cariño ¿qué haces? No pierdas tiempo, debemos ir con tu hermano.

—No, tengo que hacer algo muy importante antes de despedirme de Gleen— Matthew logró zafarse y caminó varios pasos.

—¡Matthew no estoy para juegos, regresa aquí ahora mismo!

—¡No! ¡Mi hermano aún tiene una oportunidad!

Matthew echó a correr ante la mirada atónita de su madre, segundos después la mujer reaccionó y fue tras él.

—¡Matthew! ¡Por favor, regresa!

El castaño la ignoró e ingresaba a la zona de emergencias del hospital.
—¡Matthew!—gritó la mujer una vez más antes de perderlo de vista entre toda la gente y paramédicos que se atravesaron por su camino.

El niño ingresó a la recepción de pacientes, sus ojos se tornaron enormes al ver a la gente en espera de ser atendida, sangre, llantos y más sangre fue lo que vió al percatarse de mucha gente herida, su estómago se revolvió y como pudo se metió hasta un consultorio.

Matthew respiró profundo. Sabía que no podía estar ahí y busco la manera de llegar al jardín del área oeste del hospital, sabía que esa zona era muy desolada porque anteriormente fue un cementerio y la gente ni de broma se paraba por ese lugar por la superstición.
Miró de nuevo la hoja que Ed le proporcionó y sin dudarlo más tiempo, decidió que era momento de invocar al maestro de Talbot.




El "demonio" se hallaba viendo la luz que se reflejaba en el agua de un estanque, cientos de libélulas de muchos colores se posaban sobre ella haciendo que se vieran fluorescentes, sonrió por ese simple hecho y después volteó para comprobar que Ed ó Karlyle no estuviera detrás de él.
Les parecería muy tonto al tener estas reacciones por ver a unos simples insectos revoloteando por el lugar, volvió a girar para seguir viendo a las libélulas y el rostro de Karlyle le rosó la nariz.

—¡Frost! ¡No te aparezcas así nada más!

—No cabe duda que vivir 800 años te ha hecho lento y ahora que te veo bien, ya tienes unas cuantas arrugas. Te hace falta algún tipo de magia como las que hace Lee Won para rejuvenecer su piel.

—¿Quieres callarte? —Jin lo miró con un poco de desdén—¿A que has venido Karlyle? No me es grata tu presencia.

—A mi si me da gusto verte Jin y digamos que estoy aquí porque debo de informarte que dentro de poco, el consejo hará una reunión y tú y tu hermano estan cordialmente invitados.

—¿Otra vez quieren tratar ese estupido acuerdo por la pertenencia de las almas? Me aburren con sus platicas.

—Me temo que en esta ocasión se trataran asuntos importantes, uno de ellos es el permiso de entrar al primer plano con los humanos. Ya no podrás hacer tus "contratos" con la gente de este mundo.

20 años de tu vida Where stories live. Discover now