LA LUZ DE SUS OJOS

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Los siguientes dos meses fueron todo un cúmulo de fantásticas emociones para la familia Raynor, un milagro se había suscitado aquella noche de otoño después de que Matthew escapara del Hospital y sus padres lo estuvieran buscando por los alrededores.

Algunas personas afirmaron que el cielo se iluminó como en pleno día y otros aseguraron ver la presencia de algún ser provisto del poder de Dios y que fuera causante de que el joven Gleen Raynor se haya recuperado y que también varios pacientes mejoraron su estado de salud.

El Hospital de Seul fue nombrado "Lago en el cielo" y desde aquel día ostentaba el título de "milagroso"

Matthew posterior a la recuperación de su hermano, recobró su sonrisa y su felicidad como se lo dijo a Jin, sin embargo un extraño sentimiento se adueñó de su corazón después de conocer al ángel de alas negras.
El castaño durante este tiempo se preguntó de forma constante el día, hora y segundo que Jin vendría por su pago, y aquello no le asustaba en lo más mínimo.
Matthew miró hacia la ventana, la extraña sensación de ser observado era frecuente pero tampoco le perturbaba.

El niño sacó su cuaderno, un lápiz en número 4 y comenzó a dibujar.
La madre de Matthew veía muy feliz a su hijo realizar sus bocetos y se acercó a abrazarlo.

—Últimamente dibujas esto. ¿Quien es?

—Es Jin

—¿Jin? ¿Un ángel de alas negras?

—Así es.

—¿Sus alas no deberían ser blancas?

—No, sus alas negras contrastan mejor con el color marfil de su piel.

La mujer analizó por otros segundos la imagen, el hombre dibujado por Matthew era bello pero su mirada indicaba peligro por todos lados. No quiso decirlo a su pequeño y permitió que siguiera dibujando.

—Está noche iremos por los regalos para navidad Matthew.

—Yo voy con ustedes, quiero comprarle una cajita musical a Gleen que vi en el centro comercial del sector 10.

—En cuanto llegue tu padre del trabajo iremos de inmediato, pero no iremos a Seul, la mayoría de las tiendas están llenas estas fechas y será mejor que vayamos a Busan.

Matthew asintió sin darle mucha importancia a las palabras de su madre.
Volvió a su cuaderno y sacó una tinta negra para remarcar las alas de Jin
Las alas del salvador de su hermano.






[...]
El invierno había llegado, Jin veía a un zorro de color blanco rascar sobre la nieve buscando alimento que dejó enterrado y a los pocos minutos otro zorro más pequeño apareció frente a él.

El ángel admiró al cachorro con pelaje castaño rojizo y su mente divagó sobre cierto humano que no había podido sacarse de la mente. Tan enfrascado estaba en sus pensamientos que no percibió la energía de otro ángel cerca de él.

—¿Qué haces aquí Jin?

El ángel volteó encontrándose con su hermano Brandon, no le dió mucha importancia y quiso acariciar al cachorro que se había acercado a él.

El mayor se molestó por sus actitudes tontas y con un gruñido aterrador hizo que el par de zorros huyeran despavoridos

—No tenías porque asustarlos...¿Qué se te ofrece?

—Se me ofrece que no deberías estar aquí Jin.

—¿Y tú qué haces aquí Brandon? ¿Es sangre lo que tienes en el brazo?

Jin voló hasta Brandon pero él fue más rápido y agarró un puñado de nieve para enjuagarse la sangre.

—¿A quien lastimaste Brandon?

20 años de tu vida Where stories live. Discover now