la serpiente y el ratón parte 2

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Las piernas del pelí-negro se movían tratando de encontrar una manera de escapar mientras la serpiente lo abrazaba cada vez más fuerte pero aún sin llegar a lastimarlo del todo.

El ratón tenía miedo, claro que lo tenía, había visto esto por lo menos tres veces.

Eran pequeños y débiles, eran naturalmente la fuente principal de comida de varios animales más grandes que ellos.

Esos animales se acercaban a ellos con intenciones “romanticas” pero solo era un deseo camuflado.

Desde que vio a su madre morir por un águila cuando iban a casa ya que se les había echo más tarde de lo normal y luego ser devorada de manera cruel y violenta. Sabía que a lo mejor le esperaba el mismo destino.

Pero había esperado que fuera después del instituto. Esperaba al menos haber experimentado muchos otras cosas que aún no había echo.

De cierta menera sabía que pasaría.

Después de todo no era normal que la serpiente de la clase siempre lo mirara. El volteaba para ver qué mirada tenía hacía él y como lo esperaba, lo veían como un animal pequeño a el cual quería acercarse y dios sabrá cuales eran sus intenciones.

¿Esto era una muerte patética, no?

Ser devorado por un compañero de clases a mitad del bosque.

Sería devorado y nadie lo sabía, solo tenían que deshacerse de su uniforme y caso resuelto. No quedaría rastro de él y eso le daba miedo.

Tocaron su mejilla y abrió los ojos asustado.

¿Acaso la serpiente le gustaba jugar con su comida?

No podía moverse. Dazai estaba encima de él.

—Sabes... Lo siento ya sabes, por todo esto. Siento que tu corazón va a explotar en cualquier momento por lo rápido que late—Se río un poco nervioso.

—¡Ya deja de jugar!—Grito asustado—Si me vas a comer por favor matame primero—Pidio cerrando los ojos y volteando hacia un lado.

Uno de sus mayores miedos era morir comido.

Sintió como lo abrazaron más fuerte que antes.

—Ahg—Un quejido salió del él cuando empezaron a apretar el abrazo que tenía con él.

Sus pies instintivamente se empezaron a mover otra vez, estaba tratando de huir.

Dejaron de abrazarlo y le empezaron a quitar totalmente la camisa.

¿Acaso también está serpiente quería hacerle pasar vergüenza?

¿Que más quería de él aparte de ser su alimento por una semana o más?

Con su camisa amarraron sus manos y empezaron a quitar su pantalón.

Le provocaba reír, quería reír y llorar mucho. Su madre, su hermano y ahora él. ¿A su hermana le tocaba también este horrible destino? 

Cuando estaba completamente desnudo la serpiente se alejo un poco.

—Eres bastante... Lindo—Susurro mientras su lengua salia de su boca—¿Eres virgen?—Pregunto.

El iba a perder su virginidad ayer y perdió la oportunidad por estudiar para  el examen que ahora nunca iba a presentar

Asintió con la cabeza.

—¿Entonces como le gusta hacerlo a tu especie? Nosotros normalmente competimos en el sexo, es bastante difícil de explicar —Explico con una sonrisa nerviosa.

Noches en velas y té Donde viven las historias. Descúbrelo ahora