Capítulo XXI: Yo te amo más

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—. ¡Dios, Roier! – exclamó molesto Spreen, alejando al castaño de manera brusca —. ¡Te dije que no quería! ¡Te lo dije de buena forma! ¡Trate de comprenderte! ¡Quise ayudarte! Te lo digo directo por si no te quedo claro. Yo-no-te-amo, ¿entiendes? No te amo, no es reciproco.

—. Yo te dije que no importan todos los puntos que me des, nadie me va a sacar de la mente el amarte – respondió Roier, viéndolo serio.

—. Roier – llamó el pelinegro, su tono era serio y frío —. Tú, has sido uno de mis mejores amigos. Ese trato especial que tú creías otra cosa, no es nada más que el trato especial que le daría a uno de mis mejores amigos. Pero tu comportamiento es algo que no voy a tolerar, y menos que ese comportamiento me quite a la primera persona por la que realmente he cambiado, ¿entiendes? Yo no quiero ser amigo tuyo así, lo siento, pero no puedo con estás actitudes.

Spreen no espero a que le dé una respuesta, salió rápidamente del apartamento y bajo las escaleras del edificio para llegar antes que el ascensor.

Cuando llegó al primer piso y vio que las puertas del elevador ya se habían abierto, el pánico entro en él, pensando que Quackity quizá ya estaba lejos. Pero en cambio, lo alcanzo a ver antes de la entrada.

Corrió lo más rápido que pudo y alcanzo su mano —. Hablemos – pidió, rogando porque el pelinegro le diera la oportunidad de explicarle.

—. Adelante – acepto, dejando que Spreen respire tranquilo.

—. Bien, no sé por dónde comenzar. Pero quiero que sepas, que lo que paso allá arriba, no significa nada, no para mí. Dios, yo no quería que eso pasará, ¿está bien? Yo hablé unas cosas con Roier, él me confesó amarme, le dije que yo no lo amaba, llegamos a un acuerdo donde no hablaríamos más hasta que él lo superé, pero no sé porque apareció en el apartamento, entro e hizo eso. Yo le deje claro mil veces que no era reciproco, que quería estar contigo – comenzó a explicar.

Pese a su explicación, no vio cambio en la actitud de Quackity, tampoco un cambio en su expresión, y eso lo ponía nervioso. Por primera vez, tenía miedo de que una persona no lo perdonara.

—. Yo te esperaba en nuestro hogar – continuo, está vez a un ritmo más lento, con un tono de voz más triste, el miedo lo comenzaba a consumir —. Y-yo llegué al apartamento, te estaba esperando, marqué a tu teléfono, pero me di cuenta que lo tenía yo. Me quedé esperando, y él apareció, luego apareciste tú. Y, yo sé, que lo que te estoy contando no cambia nada, no quita el hecho de que te traicione. Por eso te quiero pedir perdón, perdóname por no haberlo alejado, por no haber puesto la barrera más grande, por no haber dejado claro los límites. Perdóname, por favor. Por lo que más quieras, perdóname.

Quackity se le quedo viendo a Spreen, notaba como sus ojos comenzaban a ponerse llorosos.

—. Te perdono – respondió, haciendo que la respiración de Spreen se normalizará —. Pero, quiero saber lo de la boda.

—. Tengo una agencia de bodas – respondió, dejando sorprendido a Quackity por lo rápido que respondió y por no haberle cuestionado nada de la pregunta —. Tengo una agencia de bodas, y el hermano de un amigo de mi madre se va a casar, por lo que me pidió hacerle el favor de planificar las cosas y ella me iba a dar el dinero. Yo sólo hago negocios con Slime y Karl para que me den las cosas y ya.

Quackity asintió con la cabeza, suspiro pesado y se relajó.

Volvía a la misma conclusión.

No puedes dejarte llevar por tus pensamientos negativos, sobre todo cuando sólo son un "¿quizá?", pensamientos injustificado y con pocas posibilidades de suceder, donde sólo es tu inseguridad hablándote.

Noche de Juegos - SpreeckityOù les histoires vivent. Découvrez maintenant