IV

14 3 0
                                    

La bella noche llegada
reposamos bajo un tronco.
Contigo yo dormiría
tras una tan linda velada.
El silencio daba su eco
susurrando escondida;
confiando me acurruco
y lo que yo no sabía
que ese tu adiós sería.

A la costa regresamos,
te adentraste al océano;
sonriendo me miraste.
Cantabas tomando mi mano
sin parpadear nos vimos:
repetías algo en un tono.
Por más que lo intente
esa tu voz era ausente.

Rizell MaríDonde viven las historias. Descúbrelo ahora