24° PARTE

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En las noticias salió que 3 de los hermanos Pawat  habían sido capturados por los militares chinos, fueron acusados de traición y estaban en la cárcel siendo torturados, al igual que Korapat.

Cuando el padre de Jimmy se enteró de ello, se molestó muchísimo ya que Nanon poseía en su memoria temas y secretos que nadie más podía saber. Tenían que rescatarlo a como dé lugar.

– El general Jitaphon debe estar echando chispas y poniendo todo de sí para que me liberen.

– Pobre hombre, pero más pena siento por Jimmy.

– No lo hagas, quería entregarme y cobrar el dinero e irse fuera del país, y de paso desaparecer del rastro de su padre.

– Lo entiendo, mi padre es como su padre. Pero yo sí doy la talla. El muy idiota de tu ex novio ni siquiera es la sombra de lo que tú eres.

– Voy a tomarlo como un cumplido.

– Claro que debes tomarlo como tal. Eres mi igual, Non, no por nada mi cabeza tiene el mismo valor que la tuya.

Ambos sonrieron, estaban jodidos pero juntos.

– Pero mira quién trabaja para los chinos.

Nanon recordó a aquel hombre, el ex de Max. Ohm por su parte sonrió de lado.

– No soy tan diferente a ti. Por lo menos yo no le daba el culo a un Pawat y luego al Suppasit.

Ohm rió con muchas ganas, Nanon por su parte miraba la escena sin nada que decir.

– Korapat o Pawat, ¿Quién quiere ser 'entrevistado' primero?

– Me pregunto ¿por qué el ex de mi hermano eligió ponerle los cuernos con su mejor amigo? No niego que Mew es...

Nanon lo miró, bastante 'interesado' en las palabras de Ohm.

- ... De buen físico. Pero mi hermano es muchísimo mejor. Además... me he dado cuenta que a ti te gustan los que son más chiquitos que tú. Max y Mew son unos cuantos centímetros menos que tú y encima ambos nombres tienen la M. Puede que también te guste la mierda.

Tul enduró el rostro.

– Parece que serás tú el primero en ir, Pawat.

– Será un placer –Ohm volvió a sonreír con sorna.

– Según tengo informe, a ti también te pusieron los cuernos.

Diciendo esto, Tul miró a Nanon y este giró los ojos.

– Te equivocas, el cornudo aquí es Jitaphon. Él era el ex novio de Nanon.

Nanon suspiró viendo de cierta manera divertida la conversación de aquellos dos ex concuñados.

– Yo no engañé a tu hermano. El muy imbécil desconfío de la amistad que tengo con Mew.

– Eso no es lo que dijo Gulf.

– Gulf, ese imbécil puede llenarse la boca de mierda acerca de Mew y de mí. Ahora que ya no está con él dirá muchas cosas.

– ¿Recuerdas a Art? Él también habló mal de Mew. ¿También es un imbécil?

Tul jaló a Ohm por el polo que traía puesto.

– Oho, el soldadito se molesta cuando tocan un punto débil.

– Lo que yo creo de Mew no es asunto tuyo.

– Cierto. ¿A dónde vamos?

Días después, Max también fue entregado. Cómo siempre, con el mentón levantado, mostrando su orgullo. Él no tenía por qué besarle los huevos a nadie.

– Bienvenido –Nanon saludó a Max.

– ¿Y Ohm?

– Tiene días en una hermosa conversación con algún mando. Se debe estar divirtiendo. Vino hace dos días y se lo volvieron a llevar.

A pesar de que Nanon sonaba divertido, Max sabía que debía estar nervioso por el idiota de su hermano.

– La interrogación debe de estar interesante porque tenía los ojos llenos de manchas de sangre y uno que otro moretón en la cara.

Max sonrió, conocía al pendejo de su hermano. De seguro se debe estar burlando de quiénes lo están interrogando.

Nanon no se había perdido ni un minuto las miradas entre Tul y Max. Este último era insistente en sus miradas de odio hacia Tul.

– Vas a hacerle un hoyo.

Tul levantó la mirada.

– Ya tiene demasiados hoyos como para que mi mirada le haga uno más.

Tul apretó los dientes.

– Yo le hice un gran hoyo en el culo. Creo que fui el primero en estrenarlo.

Justo al final de sus palabras, un cuchillo voló al costado de su rostro, pero esto no inmutó en absoluto a Max, quien lo sacó de la pared con los dientes.

– Tenías buena puntería.

– Aún la tengo imbécil. No tientes a tu suerte, que ya no tengo la misma paciencia que antes, mucho menos contigo.

Un soldado de bajo rango entró y habló en susurros a Tul.

– Dile a Teraphon que haga turno contigo y cuiden a estos dos.

El soldado regresó en poco tiempo con otro soldado y Tul salió a ver el asunto del cual tenía que hacerse cargo.

Max y Nanon se quedaron mirando a la nada. No había nada por hacer, por ahora.

Pasaron varios minutos y Tul regresó.

– Párate, van a interrogarte.

Max seguía sentado en el suelo. Tul lo miró y volteó los ojos en clara muestra de molestia.

– Eres tan desesperante como siempre.

Avanzó y cogió a Max por uno de sus brazos hasta ponerlo de pie y empujarlo a la salida, mientras sostenía una pistola automática detrás de su cabeza.

– Camina y no trates de jugar conmigo.

Max giró rápidamente hasta estar frente a frente con Tul.

– ¿Jugar? ¿Soy yo quien jugó con el otro?

El rostro de Tul pareció entristecerse para luego volver a arrugar el entrecejo y girar nuevamente a Max.

– Camina.

Nanon se quedó solo en la jaula, nadie lo estaba cuidando y se supone que él era alguien de máxima peligrosidad, así que debería ser cuidado no solo por un guardia.

– Oh…

Sí, no estaba sin cuidado por obra y gracia de alguna deidad.

Era el momento.

***

(TERMINADA) MILICIA CELESTIAL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora