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Revisé nuevamente la noticia como si no estuviera subida al coche con el cual llegaría a la reunión con el resto de participantes.
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—¿Qué lees?.—me preguntó un chico con cierto parecido a Lenny Tavárez—¿También estará Lyanno?
—Pues eso parece.—respondí recuperando mi móvil.—La próxima vez intenta no tocarme.
—¿Así vas a ser con tus fanáticos?.—se burló.—Porque tienes que ser más agradable, ponerles una sonrisa.—me tomó por las mejillas.—Y bueno, esas cosas de artistas que solo son guapas.
—¿Pero que dices, pedazo de gilipollas?.—dije enfadada.—Te voy a decir una cosa, la próxima vez que te pretendas dirigirte a mi te lo piensas dos veces.
—Idiota.—susurró el otro chico que iba sentado frente a mi.
—¿Qué dijo el muñequito?
—¿Eu soy el muñequito, y tu?.—se rió.—Mírate nada más, wannabe.—reprimí la risa al ver tan molesto a mini Lenny.
—¿Quién te mandó invitación para este party o que?.—rodé los ojos antes de seguir leyendo el artículo.—¿No te vas a presentar, guapa?
—Ay Dios mío, pero tú si que das por culo...—cerré los ojos.—Soy Harmony, tengo veintitrés años y soy mitad boricua y mitad española.¿Feliz?
—Que lindo nombre.—sonreí.—Yo soy Stefano , tengo veinticuatro y soy de Perú.
—Se te ha olvidado decir que eres un poco pesado.—el chico de pelo rapado se rió.—¡Llegamos!.—dije bajándome de un salto.—Joder.
—Habla bien.—miré de reojo al brasileño.—Soy Khalil, por cierto, tengo veinticinco años y de mayor quiero ser...—su gran imitación de Stefano de vió interrumpida por Lex.
—Buenos días, pueden pasar.
Caminé la primera en completo silencio, estaba intentando llegar con mi cabeza completamente despejada y así enfocarme en el objetivo principal: mantener mi contrato.
