Capítulo 31: Confianza

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Daniel's POV

Desde aquel día afuera de la clínica del Doctor Pearson, el chico que solía observarme de lejos pasó a ser alguien que caminaba a mi lado. A pesar de los excesivos rumores y las advertencias de Carrie, quien siempre se había preocupado por mí, aun en ese entonces yo no le hallaba sentido a buscar razones para desconfiar de Mason Mathews, tampoco buscaba motivos para considerarlo una mala persona. De hecho, ha sido todo lo contrario, pues ahora si trato de pensar en algo que tenga que ver con él, solo puedo pensar en las cosas que ha hecho por mí desde aquel día... Y al final me detengo en lo que le he dado yo a cambio.

Y solo puedo pensar en una cosa:

"Yo quiero que confíes en mí".

Ni siquiera me puse a pensar si se trataba de una broma, ya que nadie me había pedido algo parecido...No, más que eso... Nunca nadie, me había pedido algo con tanta sinceridad.

Sinceridad.

Recuerdo haber pensado que la sonrisa de Mason Mathews, y no hablo de una de sus sonrisas cínicas o las que hace cuando se comporta como un tipo genial, hablo de las sonrisas que hay en su rostro cuando ve algo que lo maravilla o está haciendo algo realmente divertido.

"Me pregunto hasta dónde llegan los límites de esa confianza".

En aquel momento, cuando Doom me dijo esas palabras, creí que estaba probándome por alguna razón... Y eso fue justo lo que pensé de nuevo ahora mismo.

"Sé que te preocupa lo que pase con nosotros, pero... Todos tenemos un límite, ¿No es así?".

Está diciéndome que, si acepto hacer un trato con ese tal Adam con tal de saber lo que ocurrió la noche del 11 de febrero, ¿Será comprensible?

—¡Daniel, no!

Yo seguía mirando a Doom cuando escuché los gritos de Mason a mis espaldas, pero oír su voz ronca y quebrada me hizo dar un respingo, arrancándome de mis cabales, y por primera vez desde que Adam me había ofrecido ese trato retorcido, miré a Mason a los ojos.

Sentí que perdí todas las fuerzas que tenía.

Sus ojos estaban brillando no solo debido a la poca luz en la cueva, no había lágrimas y ni siquiera estaban húmedos, pero por alguna razón parecía que quería llorar. Sus hombros suben y bajan al compás de su agitada respiración, sus manos agazapadas sobre el suelo rocoso, era la auténtica imagen de la pura desesperación.

—¡Él está mintiendo, Daniel! —grita—. ¡No puede saber la verdad, nadie puede, solo yo la sé!

Mason trata de acercarse a mí a rastras, pero las sogas de sombra lo obligan a retroceder.

—¡Yo soy la única persona que estaba contigo esa noche! —grita—. ¡Así que soy el único que puede decirte lo que ocurrió, no existe nadie más!

Los sollozos secos de Mason me causan un nudo en la garganta. Luce más alterado que nunca, a pesar del dolor que deben causarle las sogas y la mirada amenazante de Adam, Mason no deja de removerse.

—Por favor, Daniel...—aprieta los dientes con fuerza—. Yo sé que no es justo para ti... No puedo decirte la verdad, te juro que quiero hacerlo, pero simplemente no puedo... Sé que no tienes ninguna razón para creerme pero es la verdad... Te juro que te responderé todas las preguntas que pueda responder, te lo juro por lo que quieras, pero no escuches lo que él te diga—se inclina ligeramente—. ¡Por favor, créeme!

Por unos instantes, lo único que se escucha es la respiración descontrolada de Mason. No aparta sus ojos rojizos de los míos, sus dedos apretados con tanta fuerza que parecen a nada de quebrarse.

Marcado En Las SombrasWhere stories live. Discover now