Después de ser atormentado por horribles pesadillas durante toda tu vida, no podría ocurrir nada más que arruinara tu existencia. O al menos eso era lo que Daniel creía. Y es que eso es lo que pensaría cualquier estudiante de Mellow University.
Pero...
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Daniel's POV
—Sabes lo que significa—me corta—. La persona a la que Mason está vinculada, eres tú.
Sus palabras hicieron eco, su voz chocando con las montañas de este lugar tan inmenso, pero a la vez tan vacío. Solo rocas carmesíes y lava ardiente.
Doom Daster permanece serio. No. Lo que dijo fue en serio. No sonríe como suele hacer, no desvía su mirada de la mía.
Y yo... no sé qué pensar.
—¿Mason y yo estamos... vinculados? —la realidad salió a la luz junto con mi voz quebrada.
¿Un vínculo?
"Por favor... No me maten. Porque si lo hacen, acabarán con la vida de alguien más en el proceso".
¿Mason hablaba de mí? ¿Si él muere entonces yo también?... ¿Y si yo muero entonces él también se morirá?
—¿Mason y yo? —repito, casi no puedo oír mi propia voz debido a la marea de pensamientos que hay en mi cabeza—. ¿Cómo? ¡¿Cuándo?!
Me pongo de pie alterado, y miro a Mason Mathews. Él está de pie al final del puente, con las manos en sus bolsillos y la cabeza gacha.
—¡Mason, ¿Lo que dice es verdad?!—más que una pregunta, fue una exigencia.
Estaba mirando hacia la nada, pero pronto dejó de hacerlo y sus ojos esmeralda se encontraron con los míos. Reflejaban tristeza e ...impotencia.
—Es verdad—soltó al fin—. Perdón por no contártelo antes, no podía hacerlo.
—Pero ¿Cómo es que tengo esto? —levanto mi camiseta—. ¿Por qué?
¿Por qué?
De nuevo esa maldita pregunta. ¡Esa maldita pregunta que nunca puede ser respondida sin importar cuantas respuestas aparezcan!
Mason aprieta sus labios, su expresión se distorsiona, como si algo le estuviera molestando, parece estar sufriendo.
—Mason, ¿Estás bien? —comienzo a acercarme a él, pero este retrocede.
—No puedo decirlo, perdón—deja salir una bocanada de aire—. Pero si soy sincero, aunque pudiera decírtelo... Me asustaría hacerlo.
—¿Por qué? —frunzo el ceño.
De pronto, un escalofrío me recorre la espalda, cuando una idea perturbadora me viene a la cabeza.
—Acaso tú... ¿Me obligaste a ser parte del vínculo o algo parecido? —doy otro paso hacia él—. ¿O tal vez lo hiciste sin consultarme?
—¡No, claro que no! —replica.
—Como siempre, Mason dice la verdad, de hecho, es imposible que te obligara o le pidiera a alguien hacer el hechizo a tus espaldas—interviene Doom—. Para que el hechizo de Vínculo funcione, ambas personas deben estar de acuerdo.
