Capitulo 25

985 107 18
                                    

Empezaba a creer que ni Korn y mucho menos Kim sabían todo lo relacionado con los vampiros aun y cuando llevasen siglos existiendo de esa forma. Y es que cuando cumplió su quinto mes de embarazo dormía incluso más de lo que lo hacía cuando estaba enfermo y supuestamente los vampiros no dormían, o al menos eso le habían dicho. Sin duda él y la cama tenían una relación muy íntima. Kim, la cama y él eran algo sí como un triángulo amoroso.

Cuando abrió los ojos pudo notar que ya era tarde y por la posición del sol podía decir que tal vez pasaba del medio día. Se sentía cansado y gordo, pero más gordo que cansado. Tenía dificultades para encontrar una posición cómoda en la cama a la hora de dormir, aunque tenía que reconocer que era un farsante convenenciero, pues cuando él y Kim hacían el amor, cualquier posición le era placentera y no sentía ninguna incomodidad. "Descarado sinvergüenza", pensó para sí mismo.

Sin embargo, cuando no se encontraba experimentando los deliciosos placeres de la vida, moverse era una verdadera odisea. Levantó un poco las cobijas cuando se sentó en la cama y notó que Scar estaba completamente dormido debajo de ellas. Ese gato y él tenían muchas cosas en común y se llevaban de maravilla, jamás pensó que eso pasaría pero se sentía feliz de tener una mascota, después de todo Porsche jamás lo dejó tener una.

Dejó que el felino siguiera durmiendo e intentó ponerse de pie. No pudo, su enorme barriga y su debilidad no se lo permitieron. No quería ser alguien dependiente, pero de verdad necesitaba la ayuda de Kim, así que empezó a gritar su nombre para que éste llegara a la habitación que ambos compartían.

Sin embargo, después de un par de llamadas en voz alta, Kim no apareció. Era imposible que no lo hubiese escuchado pues su sentido de audición era extraordinario y no creía que hubiese salido, pues Kim no era ese tipo de personas, él prefería mil veces perder el tiempo estando en casa. Así que gritó su nombre un par de veces más pero ni así se presentó aquel atractivo vampiro que tenía como novio.

Su bebé pateó su vientre con demasiada fuerza que no pudo gritar del dolor. Últimamente Shawn o Milly se movía con mucha más frecuencia y también con más fuerza. Era un bebé increíblemente inquieto, no quería pensar lo que le esperaba cuando ya estuviera en sus brazos. Sin duda sería un niño muy activo. En ese momento tocaron a la puerta y supo que no se trataba de Kim, poco a poco había ido desarrollando la habilidad de sentir la presencia de otros seres, como normalmente lo hacían la mayoría de los vampiros. Era Korn la persona que estaba al otro lado de la puerta, y aunque no quería ni verlo ni hablar con él, le indicó que entrara solo para no perder la cordialidad bajo la que vivían.

- Kimhan no está en casa – informó el vampiro mayor – ¿Quieres que te ayude en algo? –

- ¿Dónde está Kim? – preguntó preocupado.

- Fue a conseguir comida para él y para ti – respondió Korn adentrándose más a la habitación - ¡Por Dios tu vientre es enorme! – dijo con sospresa pues la última vez que lo había visto no estaba tan grande

- ¿Qué esperabas? Estoy embarazado –

- Yo también apostaría a que esperas gemelos si no supiera que eso es imposible –

- Kim y yo ya tenemos una apuesta sobre si será niño o niña – comentó Chay de mala gana, se sentía raro hablando otra vez con Korn.

- Vas a perder – le dijo Korn con seguridad – no hay posibilidad alguna de que me equivoqué –

- Pues que yo sepa tú no estás metido en la apuesta –

- Pero Kimhan piensa como yo, así que vas a perder – repitió el hombre – pero puedo darte algunas ideas para que el castigo sea placentero para ti –

Carmesí | KimChayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora