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Belén estaba acostada con Marcos en el sillón del living la morocha acariciaba a Mora y a Caramelo que estaban acostados en su pecho mientras que Marcos jugaba con las trenzas de su pareja mientras la veía acariciar a los perritos.
Era una imagen muy hermosa, Belén, Marcos, Carmelo y Mora parecían una familia. Bueno ya eran porque apenas terminará todo lo que vivirían afuera los cuatro iban a volver a Salta y iban a ser una verdadera familia.
—¿En qué pensa'?— Le pregunto Marcos a Belén mientras acariciaba el cachete de la morocha
—En todo.—Exclamó Belén —¿Que loco no? Hace meses atrás no quería que me hablen de vos, quería como olvidarme de alguna manera de lo que habíamos tenido porque me hacía mal...y mira donde estamos ahora.—Dijo Belén mirando a su pareja
Marcos la miro—La vez' que yo te dije que te había superado...no era verda'—Contexto Marcos tuvo una charla con Belén que no mostraron porque habían nombres que no se podían revelar y también cortaron la transmisión cuando empezó esa conversación—Yo quise y intenté pero...—Marcos agarró la mano de su pareja para después mirarla—Pero no se pudo', yo solo te quería y te quiero a vos.—
Belén con cuidado dejo a Caramelo y Mora en el sillón para sentarse de costado y mirar a su pareja.
—Ay amor. Si vos estás más bueno que el pan ya me imagino cuántas chicas te hablaron—Belén levantó una ceja haciendo que Marcos se ría por el gesto
Marcos con una sonrisa agarró la cara de su pareja para dejar un beso en los labios de la morocha y juntar sus frentes.
—Pero ninguna se llamaba Belén, ninguna tenía esos ojitos tan lindos que tanto me gustan, no tenían seis gato' como vo', y ninguna era vo'—Belén lo miro con una sonrisa
En pocas palabras para gustarle a Marcos tenés que ser Belén.
Y era cierto algunas salteñas le habían hablado a Marcos por Instagram pero Marcos siempre tuvo y siempre va a tener ojos para Belén, y Belén siempre va a tener ojos solo para Marcos.
—Yo no borre ninguna foto de nosotros ¿Sabías?—Belén le dijo a Marcos—Son lindos recuerdos que no quería borrar—dijo la morocha mirándolo
Marcos acarició la mejilla de la morocha con una sonrisa—Y los que faltan.—
Belén sonrió aún más y se lanzó para pegarse a su pareja como si fuera una garrapata y empezó a repartir besos por la cara del salteño mientras esté la agarraba de la cintura para que no se caiga.
Belén agarró la cara de Marcos para besar los labios del salteño una, dos, tres y muchas veces.
—Epa, vayan al cuarto desubicados.—Dijo Nacho el cual apareció de nadie sabe dónde
