SKAM (l.s)

Capítulo 8

TW: Mención de un trastorno psicológico.

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El día siguiente a su encuentro, Louis despertó sólo en su cama. Eran las 11 am, el sol brillaba con intensidad, pero el castaño se sentía frío sin presencia alguna en su cama.

Buscó al rizado en su habitación, alguna nota,o mensaje. Nada. El único mensaje que tenía era de su padre preguntándole sobre sus planes navideños.

Sin rastro de Harry.

Se vistió con la primera camisa que encontró en el suelo y sus bóxers, listo para salir y entrar en crisis con Troye, cuando escuchó un murmullo de voces que provenía de la cocina.

Grande fue la sorpresa al encontrar a Troye y Kristen encantados con Harry, mientras veían a este cocinar. Los tres conversaban amenamente como si fuesen amigos de hace siglos. Los ojos de Troye casi salían de sus cuencas mostrando lo emocionado que estaba por Louis.

–¡Hola! Buenos días, Lou –saludó Harry al castaño con efusividad al verlo entrar con cara de confusión, dándole un beso en los labios. –Nos hice el desayuno. Espero que tengas hambre, porque hice mucha comida.

Louis estaba pálido, su cara demostraba lo confundido y avergonzado que estaba. No contestó a Harry, procesando todavía el hecho de que no lo había abandonado.

Kristen notó la incomodidad de Louis y empezó a balbucear, inventando una excusa para que ella y Troye pudieran salir de ahí. Cuando Troye entendió lo que la chica intentaba hacer, entre despedidas incómodas dejaron a la pareja solos en la cocina.

–No sabía qué te gustaba, así que hice todo –continuó el rizado, al ver que Louis seguía mudo. –¿Qué película?

–¿Película? –respondió por fin el confundido castaño.

–Prueba esto –dijo el ojiverde por el contrario, dando a Louis a probar un poco de lo que había cocinado. –¿Está bueno? El secreto es una cucharada de crema agria.

La cocina se volvió a sumir en un inquietante silencio. Louis luchaba consigo mismo tratando de encontrar las palabras, mientras Harry esperaba tranquilo a que su chico estuviera listo para hablar.

–Cuando desperté yo...–empezó Louis cuando por fin encontró su voz su voz que sonaba aguda y angustiada. –Pensé que te habías ido.

Harry dejó de hacer lo que estaba haciendo, y se acercó con ternura al chico frente a él.

–Bebé, sólo estaba aquí cocinando. Y hablando con tus amigos –terminó Harry, para continuar haciendo el desayuno.

Louis no respondió, sino que pensó la manera de preguntar lo otro que le preocupaba.

–¿Cara sabe dónde estás? –preguntó en voz baja.

–A la mierda Cara. Ya no estamos juntos –contestó el ruloso.

–Sí, bien, la última vez que dijiste que terminaron estabas besándote con ella dos días después –respondió el castaño con su voz empezando a quebrarse, mientras que Harry seguía cocinando dándole la espalda. –No es fácil para mi que me importe una mierda, Harry

–No, pero tienes que entender que la cosa con Cara es que ella está en control. A veces siento como si ella me conociera mejor que yo mismo, porque... Todo lo que dice es verdad y eso es de lo que estoy cansado. Siento como que ella no puede sentir lo que siento y pensar lo que yo, ¿entiendes? –resolvió Harry dándole la espalda a Louis, tratando de ser honesto con él.