Capítulo 7, "Eso"

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Capítulo 7:

Juan se despertó temprano sintiendo la brisa fría de mañana, ese sol tenue que se asomaba por la ventana. Pudo notar que seguía en el cuarto del híbrido, estaba arropado con sábanas blancas.

Percibió un olor muy delicioso viniendo de afuera, salió de la cama y encontró a Spreen desayunando un poco de café en la cocina.

- Buenos días, ¿Cómo dormiste? - Pregunto Spreen con una sonrisa en su rostro.

- Uh, bien, gracias. ¿Y tú? - Juan se sintió un poco incómodo cuando recordó aquel beso que le había proporcionado el híbrido.

Juan decidió ignorar por completo el beso y simplemente no decirle a Spreen, le daba mucha pena hablar con el sobre eso.

Después de desayunar, Spreen entro a la ducha y salió unos minutos. Se puso un pantalón formal y una camisa rosa.

- ¿Querés ducharte? - Apareció con el pelo mojado, si ropa y sus lentes.

Por más que el hechizero lo negara, el oso era muy atractivo.

- Eh... Si, pero no tengo ropa. - Dije avergonzado.

- Si querés te presto algo que encuentre por allí... - lo miro fijamente.

- Si, por favor... - Juan se levantó y se dirigió al baño.

- Te dejo allí la ropa para que te cambies.

Juan se metió a la ducha y dejo recorrer algunas gotas en su cuerpo

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Juan se metió a la ducha y dejo recorrer algunas gotas en su cuerpo. Se sentía mal por lo que estaba pasando, no estaba bien. Spreen amaba trabajar y el estaba interrumpiendo eso con el hechizo.

No lo quería aceptar pero a Spreen no le gustaba le hechizero, eso le dolía.

El mago salió de ducharse y se dirigió al cuarto de el híbrido.

Noto unas prendas, era una camisa blanca, suéter de lana rosa y un pantalón de mezclilla.

¿Por qué Spreen tenía ropa tan de su estiló?

Salió del cuarto ya cambiado y se acercó a el oso.

- Hola, ¿no viste mis lentes? No sé dónde los deje. - Dijo nervioso.

- Te ves bien así... - Spreen lo miraba atentamente aunque Juan no lo notará por su miopía.

- Supongo, ¿está ropa es tuya?

- Mientras te duchabas decidí salir rápido y compré algo más de tu estilo. - Tomo los lentes y se acercó a Juan.

- Ósea... ¿Es para mí?

- Si, Juan. Siempre es para ti. - le puso los lentes cuidadosamente y el hechizero porfin pudo volver a ver ese lindo brillo en los ojos del oso.

El mago se sonrojó y no dijo nada más.

Hechizo - SpruanWhere stories live. Discover now