02

441 25 0
                                    

Según las rayas que he hecho en la pared, ha pasado ya una semana desde que comenzó todo, y no me he atrevido a salir de la tienda desde entonces.

Dentro de estas cuatro paredes me estaba volviendo loca, tan sólo salía por la puerta de la trastienda que da a la calle para que Loki hiciera sus necesidades. He intentado distraerme practicando los idiomas que sé hablar, hablando con Loki e incluso leyendo algún libro interesante, pero ya no lo soporto más.

Todo lo que había comido en estos días lo sustituí por más comida, reorganice las mochilas para distribuir las cosas prescindibles y no tener que cargar con dos, encontré gomas de pelo, até mi preciosa y larga melena morena en una alta coleta para que mi pelo no me estorbara.

Volví a cambiarme de ropa, está vez opté por una camiseta negra de manga corta, unos tejanos azules rotos y una camisa de cuadros rojos y negros que até alrededor de mi cintura, lo único que no cambió fue el calzado, de pronto escuché unas voces, emocionada me acerqué a la puerta para poder escuchar la conversación.

-Vosotros dos registrar los pasillos de la derecha, Matt y yo iremos a los de la izquierda. -Dijo una voz aparentemente masculina.

-¿Y si hay alguna persona en la tienda? -Se escucha preguntar a otro hombre.

-Pues la mataremos. -Contestó la voz del principio.

Aterrada saqué mi cuchillo, até a mi perro con su correa y con sumo cuidado obstaculice su paso hasta la trastienda moviendo algunos muebles impidiéndoles acceder a mi posición.

-Esta puerta está cerrada, ¿hay alguien aquí? -Preguntó un hombre.

-No seas idiota, ¿cómo va a haber alguien en este sitio? -Contestó otro hombre.

-¡CALLAOS LOS DOS! Abramos esa puerta.

El miedo me hizo despertar para después con sigilo y rapidez salir de la tienda, las calles estaban desiertas, había muchos coches abandonados en las avenidas y algún que otro caminante. En silencio avance hacía una bicicleta que pude divisar algo lejos de mi posición, que por suerte tenía una cesta dónde Loki podía entrar perfectamente.

La bicicleta es de color negro, algo bueno que nos ayudaría a camuflarnos en la noche, subí a Loki en la cesta y comencé a pedalear, alejarme de ese lugar, necesitaba encontrar más armas, tan sólo llevaba un revólver y dos cuchillos, cuando era más pequeña solía prácticar Kendo, y se me daba bastante bien, recordé que un poco más lejos del núcleo urbano había un gran centro comercial dedicado exclusivamente a los deportes, así que me dirigí hacía allí.

Pedaleaba lo más rápido que me permitían mis piernas, esquivando a los caminantes que encontraba a mi paso, entré a un callejón para usarlo como atajo, cosa que no fue buena idea, pues había una docena de esos caminantes, con un subidón de adrenalina di media vuelta para coger otra ruta.

Al llegar a mi destino, estacioné la bicicleta y saqué un cuchillo de mi mochila, cogí a Loki con el otro brazo, con cuidado abrí la puerta con el máximo sigilo, dentro había unos cuántos de esas cosas, por suerte pude evitarlas y llegar al almacén, al abrir la puerta salió uno, mi instinto se activó y le clavé el cuchillo en la cabeza, Loki estaba a punto de ladrar, pero conseguí taparle el hocico con mi mano.

Al parecer el resto de los amigos de ese caminante me escucharon, una pequeña horda comenzó a dirigirse a mi posición, cerré la puerta y comencé a buscar lo que andaba buscando, el lugar estaba lleno de balones de fútbol, de baloncesto, tenis y voley, al igual también tenían ropa de invierno, tablas de snowboard y cosas así para deportes de invierno, y en una esquina con poca luz pude divisar una katana completamente negra, cuando era algo más pequeña mi padre me enseñó el arte marcial japonés llamado Kendo, una espécie de esgrima japonés, en el cuál se emplean las katanas como arma.

Los arañazos y los gruñidos en la puerta se hicieron presentes sacándome de mis pensamientos, eran demasiados cómo para matarlos yo sola, busqué otra salida y vi la ventana, primero lancé la mochila, después la katana, para finalmente salir con Loki en brazos, corrí hacía la bicicleta y me marché de allí pedaleando a toda velocidad.

THE WALKING DEADWhere stories live. Discover now