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Abril Brown

Sentía mi garganta seca y una sensación de vacío muy grande en mi cuerpo. Me encontraba estable, o al menos más que hace unas horas, pero el cansancio seguía intacto en mi cuerpo, al igual que la mascarilla de oxígeno y las vías que llevaba puesta en mi brazo. Me removí algo incómoda y miré la habitación en la que me encontraba, tenía sentido, estaba en el hospital. Otra vez.

Mi cabeza dolía un poco y cerré mis ojos al recordar pequeños flashbacks de lo que había pasado. Sentí como mis ojos se aguaban pero respire profundamente para evitar hacerlo, pues sentía que debía guardarme estas lágrimas para más tarde.

Recordé el rostro de Pedri, sus facciones mostrando cuán roto y perdido estaba tras todo lo que había pasado. No se había quedado, no había levantado esa copa por su hermano, en cambio había venido conmigo. Sin embargo, una parte de mi seguía dolida por las palabras y el trato que había recibido durante toda esta semana por su parte. Por las miradas de desprecio, por evitarme, por "coquetear" delante mía con otra persona, aunque más bien era ella quien lo coqueteaba, pero él no se apartaba, y a mi eso me dolía. Me dolía muchísimo.

Lo amaba, lo amo y sé que mi corazón no está dividido, simplemente decepcionado por sus acciones. Al igual que se que lo perdone, lo perdone desde ese mismo día que me dijo cosas tan horribles a la cara, porque lo conocía y sabia que estaba arrepentido y dolido.

La puerta de la habitación se abrió y por ella entró Mark con una media sonrisa, seguramente por verme ya despierta. Se acercó y comprobó que el suero estuviera funcionando correctamente.

- Abril -me miró- ¿Cómo te encuentras?

-No tan bien -dije sincera- pero es aguantable -me removí intentando encontrar una buena postura y mi medico suspiro-

-Tengo que hablar contigo Abril -llevaba unos papeles en sus manos-

Me dijo todo lo que no quería escuchar, había empezado el tratamiento para evitar la asquerosa operación en la que solo había un 1% de vida, ¿de qué servía todo el sacrificio de estos años?. No daba crédito a lo que estaba escuchando porque hacía unos veinte minutos que mi mente se perdió en el suelo de la habitación del hospital.

Mi cabeza solo formulaba como despedirme de todas las personas que me estaban esperando fuera en la sala, de siquiera tendría tiempo de ver a mis padres, a mi hermano, el cual venía de Roma para estar conmigo. Pedri. No es justo, yo no pedí esta vida, yo no quería esto. Ahora si, sentí como mis mejillas eran mojadas por mis lágrimas.

- Voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que salgas de esa operación -me dijo firmemente- y se que vas a salir de ella.

- ¿Con qué consecuencias Mark? -le mire irónicamente pero sintiéndome muy mal- tengo tanto miedo -susurre y subí la fina manta del hospital que yacía sobre mi-

- Es tu decision Abril -me miró tristemente- Luis está hablando con tus padres por lo que tendremos su respuesta también en cuenta -suspiro- pero de no operarte... tu corazón no soportaría igualmente una noche más -cerré mis ojos y asentí entendiendo-

-¿Puedes dejarme sola por favor? -pedí aguantando el sollozo que quería salir de mi garganta-

Mark asintió sin decir una palabra más y antes de salir me dio otra mirada, parecía de disculpa pero realmente él no tenía la culpa de nada, el solo habia estado ahi apoyandome y ayudandome, pasando horas extras en su trabajo para encontrar una cura y haciendome compañia. Miedo, tristeza, furia... estaba sintiendo todo en uno y era la sensación más mala que había experimentado jamás.

No se cuanto tiempo paso pero todo parecía ir en cámara lenta, y escuche unos pequeños golpes en la puerta. Murmure un adelante pero obviamente la persona detrás de la puerta no escucharía. Sin embargo, abrió igualmente y mi corazón dio un vuelco al ver al canario.

Savior ComplexWhere stories live. Discover now