28

789 68 45
                                    


Abril Brown

Mire de manera impaciente mi reloj de muñeca, el avión ya había aterrizado hace media hora por lo que la morena tendría que estar al llegar. Sira había decidido venir a visitarme por cinco días pero para mi eran más que suficientes.

Hace una semana que Pedri se fue debido a su apretada agenda y yo no había podido estar de mejor humor. Fue la mejor semana del año sin duda, todo el día juntos, durmiendo a su lado, despertando a su lado, todo lo hacíamos juntos pero también teníamos nuestro espacio debido a mi trabajo y a sus entrenamientos.

Nunca había tenido algo tan sano como lo que tenía con él, y no podía esperar a darle la sorpresa de ir a visitarlo antes de mi graduación. Había terminado todos mis exámenes y la entrega de la tesis, por lo que solo estaba trabajando hasta la semana que viene, la cual sería la última y tendría que pensar qué hacer con mi vida.

Eso me asustaba, no sabía si estaba preparada pero no quería pensar en eso ahora, quería disfrutar de las pequeñas cosas que ocurrían ahora mismo a mi alrededor, como por ejemplo el hecho de que mi amiga había venido a visitarme.

Vi como una cabellera morena salía mirando hacia su alrededor y salté en mi sitio moviendo mis manos demasiado alegre, ya me vio. Mi amiga vino corriendo hacia mí y nos envolvimos en un abrazo, empezó a darme vueltas y sentí de nuevo esa fatiga que llevaba sintiendo desde que se fue Pedri. Me entró un ligero dolor de cabeza pero lo dejé pasar, no era la primera vez. Sonreí a mi amiga.

- Estás preciosa -dije y la abrace de nuevo-

- Te he echado de menos -murmuró-

- Yo tambien -hice un puchero-

- Pero ya estamos juntas -sonrió a boca llena-

- Pero ya estamos juntas -corrobore-

Salimos del aeropuerto tomadas del antebrazo y sentí como algunas personas nos miraban, quizás incluso algún flash de alguna cámara pero no quería mirar. Desde que Pedri y yo lo hicimos público en aquel aeropuerto había sentido un poco más de presión social y sobre todo, como los seguidores en mi instagram aumentaban, tanto que tuve que ponerlo privado.

Me daba mucho respeto el mundo de las redes y no solía utilizarlas mucho, por lo que me limite a dejarla privada. Fuimos a cenar juntas a un restaurante italiano y nos pusimos al día de todo. Seguía  con el chico que aquella vez tuvo una cita, pero la conocía lo suficiente como para saber que su corazón seguía latiendo por otra persona. No quería decirle nada y sobre todo, no quería arruinar la noche.

- ¿Y cómo va todo con Pedri? -sonrió feliz y no pude evitar hacer lo mismo-

- ¿Qué te digo Sira? -baje mi mirada nerviosa- siempre ha sido el.

- Lo se... todos lo sabemos -subí mi mirada- al igual que para el, siempre has sido tu -sonrei timidamente-

- Quiero estar cerca de él, no quiero que estemos separados nunca más -me miró con los ojos abiertos-

- ¿Vas a mudarte a Barcelona? -pregunto-

- Voy a intentar conseguir un trabajo allí o sino, un trabajo que me permita trabajar de manera híbrida, para poder pasar más tiempo con el -asintió con su cabeza-

- Estoy segura que te  van a coger allí donde vayas, eres un claro ejemplo de superación y constancia -sentí mis mejillas rojas- y eres muy buena en lo que haces.

- Gracias Sira... -la mire y cogí su mano sobre la mesa- tu y tu familia me cambiaste la vida al llevarme a Qatar -sentí como mis ojos se humedecieron-

Savior ComplexWhere stories live. Discover now