CAPITULO 4

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Era lo mismo de siempre, siempre se repetía una y otra vez sin cesar después de 10 años. Estaba molesto con Leon. Sabía que Leon quería ayudar a las personas y traer esperanza al mundo porque por ello el se convirtió en policía. Pero Leon también era importante y aún así no podía tomarse unas vacaciones merecidas sin ser arrastrando de nuevo a ese infierno, cuando se encuentre cara a cara de nuevo con Chris le rompería todos los dientes de una. Y cuando llegue a casa regañara a Leon por aceptar ir a esa misión.

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-Luis te va a partir los dientes, sabes, ¿Verdad?- Chris Redfield sonrió suavemente. Leon Kennedy negó con la cabeza con una suave sonrisa mientras sostenía su hombro posiblemente dislocado. Rebecca Chambers sonrió débilmente ante la broma de Leon que parecía más una advertencia que cualquier otra cosa para después su mirada se moviera hacia el cielo. Leon se rió suavemente de solo pensar en Luis patiandole el trasero a Chris antes de que su mirada siguiera la de Rebecca.

Todo estaba en paz, el virus se había ido, Nueva York estaba a salvo, al menos por ahora, pero siempre hay trabajo por hacer. En resumidas palabras de lo sucedido Glenn Arias era un loco, quería vengarse del mundo por destruir el día de su boda, o mejor dicho, rehacer el mundo a su gusto. En el techo de su escondite es donde se produjo su muerte, por tantos agujeros después de que Chris lo tirará en el techo de vidrio.

Se pensó que la batalla había terminado, hasta que un monstruo gigantesco conocido como Diego llegó para acabar con el herido Chris Redfield y la lenta muerte de Rebecca Chambers. Finalmente, después de sentarse y esperar en el elevador, Leon Scott Kennedy subió en su motocicleta a la azotea.

La batalla ahora había terminado oficialmente, a manos de Chris y Leon. Chris logró evitar que Rebecca se convirtiera en un zombi y, finalmente, difundieron la cura para el virus por todo Nueva York, curando el hermoso mundo del mal, por ahora. Y aquí estaba el trío, en un helicóptero, esperando que los dejaran en un hotel cercano para tratar sus heridas.

El helicóptero aterrizó pronto, y Chris, Rebecca y Leon bajaron, entraron al hotel brillantemente iluminado y se dirigieron a sus propias habitaciones. Una vez que el cuerpo de Leon golpeó la suave cama, casi se queda dormido, pero sabía que tenía que tratar de reubicar su hombro dislocado, de lo contrario, podría infectarse.

TOC TOC. La cabeza de Leon se levantó ante el ruido.

-¿Sí?- preguntó. La puerta se abrió y Luis entró.

-Oye creí que estabas de vacaciones-

-Luis... ¿Cómo supiste que estaba aquí?

-Tengo mis métodos pero eso no es importante ¿estás bien?- preguntó mientras cerraba la puerta, sentándose junto a Leon. Leon asintió antes de hacer una mueca de dolor.

-Joder...- gimió. Luis hizo una mueca.

-Por Dios... Déjame ayudarte a reubicar eso- él dijo.

León dejó caer su mano.

-Está bien- él dijo. Luis asintió antes de agarrar el brazo de Leon, tirando de él lentamente al principio, escuchando un ruido. Leon gimió y gruñó.

-Hijo de puta...- gimió. Luis se sintió mal, pero sabía que era por la salud de Leon. Empezó a tirar con más fuerza, se escuchó un suave chasquido, lo que hizo que Leon gritara -¡Mierda!- Luis rápidamente metió la mano en su bolsillo y sacó una botella de pastillas para el dolor, le dio a Leon tres de ellas antes de sacar la botella de agua, llena de agua fresca.

-Toma-

Leon tomó las pastillas y se las metió en la boca antes de tomar el agua.

-Uf... Está helada- suspiro y le devolvió la botella a Luis y asintió -Muchas gracias, amor- dijo con una sonrisa. Luis asintió.

Somos como uno - SerennedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora