Un paraíso #26

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El Marqués de Banana seguía caminando por el bosque, apretando la piedra extraña en su mano. La sensación de tenerla allí, como si pudiera sentir su poder latente, era desconcertante. Pero estaba decidido a descubrir lo que podía hacer con ella.

De repente, la piedra empezó a flotar en su mano. El Marqués se sintió tembloroso, pero también asombrado por lo que estaba sucediendo. La piedra brillaba cada vez más, y un destello rojo lo hizo cerrar los ojos. Cuando volvió a abrirlos, se encontró en un lugar desconocido.

Los árboles a su alrededor estaban cargados de manzanas rojas y apetitosas. El Marqués no podía creerlo, nunca había visto nada así. Comenzó a caminar, admirando el paisaje y probando una de las manzanas. Estaba deliciosa, mucho más dulce que cualquier cosa que hubiera probado antes.

Mientras seguía caminando, descubrió que no estaba solo. Otros peregrinos también estaban allí, recogiendo manzanas y disfrutando del paisaje. Todos parecían tan felices y relajados, como si estuvieran en el paraíso.

El Marqués de Banana se quedó allí durante un buen tiempo, disfrutando de la paz y la tranquilidad del lugar. Pero en su mente, seguía pensando en la piedra y en lo que podría hacer con ella. Sabía que no podía quedarse allí para siempre, tenía que descubrir cómo usarla.

Finalmente, decidió partir. Tomó algunas manzanas con él y se despidió de los otros peregrinos. Mientras se alejaba, la piedra volvió a brillar en su mano. Sabía que tenía que seguir adelante, que su aventura estaba lejos de terminar.

El Gran Show de Pepito y compañíaWhere stories live. Discover now