Capítulo 14: Indiferencia

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El evento había terminado de manera desagradable para ambas partes, pero Darius logró convencer a su padre de omitir aquellas pruebas obtenidas por Ahri. No deseaba perjudicar la integridad de Lux frente a su familia y, esa misma noche, se retractó ante el Swain mayor sobre sus intenciones con la noble Crownguard. De esta manera, ella sería libre de casarse con Ezreal y él buscaría a alguna otra mujer de la alta sociedad que lo desposara, con el fin de cumplir una de las opciones que el cuervo le había impuesto. No obstante, imaginar a su dama luminosa contrayendo matrimonio con un hombre que no fuera él le causaba ira y recelo. Los escasos momentos que habían vivido provocaban un extraño sentimiento que sólo había percibido con su primer gran amor; Quilleta.

Sus pensamientos de ira se desvanecieron y dieron entrada a la nostalgia de aquél joven noviazgo. Quilleta había sido la mujer perfecta para él, incluso para Jericho, pues su belleza, inteligencia y astucia habían cautivado a la familia de los Swain sin necesidad de pertenecer a la nobleza. Su perseverancia por entrar a los difíciles caminos de la Guardia Real, sin saberlo, la llevaron a un cruel destino arrebatándole la vida antes de siquiera comenzar su gran sueño. Asimismo, Darius sintió cómo le arrancaban una parte importante de él y se limitó a juguetear con chicas que lo admiraban por su gran habilidad en el basquetbol y las clases de combate. Su popularidad creció con aquella interesante fachada de chico malo y frívolo, pero lo convirtió también en objeto de habladurías y constante hostigamiento por parte sus compañeros de escuela. Pronto se ganaría el título del hijo que todo lo obtendría gracias a su padre y, aquél esfuerzo que él había hecho para acercarse a la cima de los más prodigiosos estudiantes de la God-Weapon Academy, terminó por convertirlo en un oportunista frente a toda la escuela. Nuevamente sintió ira por aquellos estúpidos recuerdos al inicio de su estadía en la academia. Y, con ello en mente, se dirigió al lugar que tan desdichado lo había vuelto para comenzar su aburrido día de clases.

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Por otro lado, Luxanna se encontraba en su habitación pensando sobre lo ocurrido en el evento navideño. La rabia que sentía había desaparecido y ahora sólo se encontraba temerosa y en espera de las terribles noticias que, estaba segura, llegarían pronto hasta la puerta de su habitación. Entendía que había bajado la guardia frente a un experto en engatusar mujeres, pero, dentro de sí, guardaba una pequeña esperanza sobre el futuro que le deparaba. No deseaba más ser la compañera de vida de un ser tan desagradable como Darius, pues sabía que sólo se trataba de un trofeo más en el basto estante del guerrero. También, sabía que un matrimonio así bastaría para dar libre entrada al apellido Swain en la nobleza para formar parte de los funcionarios reales. Todo había sido un vil engaño para obtener los privilegios que Jericho había perdido luego de su despido como consejero real. Ella sabía que Darius nunca podría amarla y aquello, por alguna extraña razón, le dolía. De repente, como si de una niña se tratara, comenzó a llorar colocando su cara en la almohada de su cama mitigando así los gritos llenos de dolor que, el falso interés y amor, le había otorgado el "patán" de la escuela.

Sintió que sus lágrimas en cualquier momento la ahogarían y que su garganta se quedaría sin voz. Entonces, decidió no asistir ese día a la academia para despejar su mente y planear su vida futura lejos de su casa, su familia, sus amigos, sus lujos, sus sueños y, sobre todo, sus recuerdos con el hombre bastardo que la utilizó. Sin embargo, alguien tocó la puerta obligándole a responder con voz entrecortada y ronca.

- ¿Quién es? – cuestionó con cierto desinterés la joven.

- ¿Puedo pasar? – se escuchó clara concisa una voz femenina bastante conocida para la maga.

- Adelante, Kat... - respondió luego de unos segundos cubriendo su cuerpo con la fina sábana que cubría el colchón de su cama con el fin de encubrir su sonrosado y lloroso rostro.

La mujer perfecta (Darius x Lux)Where stories live. Discover now