Chapter Three

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Park Hannie y Wang Tae Man


El salón entero hablaba sobre lo que le había pasado al gimnasio. Estaba destruido. Hannie entro al aula haciendo que todos la observen.

—¿Que?—Pregunto mirándolos.—No tengo información sobre lo del gimnasio.

Todos se que quejaron al no obtener lo que querían. Hannie soltó un suspiro para dirigirse a su asiento, recostando su cabeza en la mesita. No la levanto hasta que algo golpeo su cabeza.

—Mmm.—Se quejo a la vez que se levantaba.

Vio como el maestro iba llegando. Intento ver quien era quien la había despertado, pero parece que nadie lo había hecho. La chica escuchaba las palabras de su maestro con mucho aburrimiento, la física no era de su agrado. Trazaba en una hoja de su libreta figuran sin ningún sentido alguno, no fue hasta que una sirena sonó en el aula, tapo un poco sus oídos por el molesto sonido.

—Presidenta.—La pelinegra miro al maestro.—¿Podría encender el aire acondicionado?

Esta asintió, se levanto de su lugar para dirigirse al interruptor. Lo que no noto es que alguien la seguía con la mirada, Wang Tae Man. Este dijo un chiste con la intención de hacer reír a Hannie, desde hace varios meses se propuso ser el primero en ver y hacer sonreír o reí a la chica. Pero aun no tenia éxito, pero si avances como el decía. Cuando Hannie regreso a su lugar el maestro empezó hablar de que debían estudiar y entrenar duro. La chica bufo con molestia. Pensaba que este día iba a ser duro por alguna razón.


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Lo único que Hannie escuchaba eran las palabras del líder. La serie de ejercicios que estaban realizando eran pesados, y a la chica le molestaba de cierta manera. Cada musculo de su cuerpo pedía un descanso de las actividades. Lastimosamente aun le faltaba para poder tener uno. Junto con Jeong se encontraba intentando no tirar la pieza del Go de la arma al darle al gatillo, pero este caí, una y otra vez. Soltó un pequeño grito de frustración al no poder encontrar su tiro. No hablemos del almuerzo, era una porquería, ni siquiera Hannie pudo comerlo y eso que ella devoraba la comida sin importarle un poco que era. Encontró su fuerte en dos áreas; la medica y en la de armar el arma  de fuego. La medica la sabia claramente por su madre, la cual le insistía en estudiar medicina, pero la menor se negada cada vez que se lo mencionaba. El de armar su arma; tal vez porque era hábil con las manos. 

—Chicos...—Hannie despertó al menos tres de sus compañeros.

—Hannie, déjalos.—Le dijo la señorita Park.—Haremos auto estudio.

La pelinegra asintió. Observo a casi todos sus compañeros dormidos. Por alguna razón Hannie no pudo evitar pasar su mano por el cabello de Tae Man ya que lo iba a despertar hasta la maestra la detuvo. La señorita Park se dio cuenta de lo que hacia Hannie y sonrió con ternura. Ella sabía que ellos estarían junto de una u otra manera y eso le parecía lindo. La presidenta y el chico bromista de la clase, un poco cliché, pero tan cierto. 

𝐁𝐑𝐔𝐓𝐀𝐋Where stories live. Discover now