↪Lisa es una alfa y veterinaria, tiene su propia clínica, es pequeña y acogedora para los indefensos animales que le llegan día con día. Aun así Lisa no es exactamente la persona más linda.
La alfa tiene un futuro prometedor debido a su disciplina y...
Llamó a Jennie para verse en ese restaurante de comida china que querían probar.
Esta vez sí llegaría.
Se esforzó a si misma para crear un discurso convincente acerca de cómo no estaba desarrollando sentimientos hacia ella.
Acerca de cómo no adora su risa, sus ojos y la forma en que le encuentra el lado positivo a todo.
Un discurso que oculta que la alfa sonríe inconscientemente cuando piensa en la omega.
En que posiblemente no era muy expresiva y era extremadamente seca en algunas ocasiones pero estar con Jennie la hacía sentir feliz, Jennie no la juzgaba porque no era el tipo de persona que sonríe demasiado o el tipo de persona que expresa con palabras su emoción.
Jennie era solamente su amiga.
Esa amiga que la hace sonreír inconscientemente cuando piensa en su suave cabello, que su alfa cae rendida a sus pies cuando percibe su aroma, o simplemente la omega que la hace preocuparse cuando está se cae por sus pequeños pies torpes.
Lisa llegó al restaurante.
La lluvia comenzó hace unos minutos y por la ventana del local pudo ver a Jennie.
Jennie, su lindo cabello naranja y carita delicada.
Su rostro estaba tranquilo.
Jennie casi siempre -o siempre- tenía una sonrisa brillante en su rostro que demostraba quien era como persona.
ㅡDemonios... ㅡLisa presionó su cara contra el volante.
¿Qué tal si Jennie toma mal su discurso?
Tal vez puede posponerlo.
Le gusta la relación que tiene con Jennie.
Son amigas solamente pero la omega está con ella casi todo el tiempo y la alfa está feliz con el hecho de que no hay compromisos.
Puede pasar todo el tiempo con Jennie, escuchando las cosas que pasan por la mente de Jennie y con una omega atenta escuchándola todo el tiempo.
La alfa llegó junto a la mesa de Jennie y se sentó en la mesa frente a la omega que estaba perdida en sus pensamientos.
ㅡHola, Jen ㅡLa alfa sonrió un poco.
Jennie volvió a la realidad y vio el rostro de Lisa.
Suspiró.
ㅡHola, Lili ㅡla omega susurro. ㅡTengo algo que decirte.
Lisa se percató del ramo de flores junto a Jennie.
¿Jennie le trajo flores?
Sonrió enternecida.
Jennie a veces le daba pequeños regalos.
Lisa también, pero usualmente eran chocolates o postres.
Jennie suspiró nerviosa.
Jennie se veía nerviosa.
Lisa frunció el ceño un poco.
ㅡYo también tengo algo que decirte.
Jennie asintió.
ㅡ¿Quieres decirlo tú primero?
Lisa negó muchas veces.
No quiere que su cita comience así.
Jennie sonrió nerviosa y acarició entre sus manos la servilleta de papel frente a ella.
ㅡTengo un trabajo importante fuera del país. ㅡJennie sonrió débil.
Lisa sonrió emocionada.
Jennie era una consultora de arte para el museo de la ciudad de Seul.
Jennie es una excelente pintora.
Lisa es la mayor admiradora de Jennie.
ㅡ¡Eso es excelente, Jennie! ㅡLisa tomó la mano de Jennie.
Jennie sonrió emocionada.
ㅡIré a Nueva York por unos meses. ㅡla omega sonrió emocionada por un segundo, pero después vio a Lisa. ㅡTe extrañaré mucho...
Lisa alejó su mano de la de Jennie.
ㅡ¿Por cuantos meses? ㅡla alfa tartamudeó un poco.
ㅡSeis u ocho meses. ㅡla omega vio a Lisa ㅡSeis u ocho meses sin vernos.
Jennie le dio las flores a Lisa.
Lisa solo pudo ver las flores en ese momento.
Jazmines.
Seis u ocho meses sin ver a Jennie.
De un momento a otro el discurso que tenía en su mente se destruyó.
Lisa reconoce que extrañará mucho a Jennie.
Extrañada demasiado a Jennie.
ㅡPodremos hacer llamadas todas las noches. ㅡla alfa reconfortó a la omega que sonrió triste.
Lisa suspiró viendo a Jennie.
Sus lindos ojitos y su piel blanca.
Jennie es hermosa...
ㅡTe extrañare mucho, Lili ㅡla omega hizo una mueca. ㅡProméteme que no dejarás de ser mi amiga...
Lisa le sonrió débil a Jennie.
ㅡYo también te extrañare mucho, Jennie. ㅡLisa tomó la mano de Jennie arriba de la mesa. ㅡY prometo que te llamaré todas las noches para escuchar tu dulce voz y además que yo seré quien te recoja del aeropuerto en cuanto vuelvas.
Jennie sonrió y asintió feliz.
La noche pasó normal.
Por dos horas olvidaron que Jennie se iría por más seis meses y disfrutaron de su compañía.
Lisa adoraba pasar tiempo con Jennie.
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