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-¿Ya podemos viajar?- miró a Jen

-si ¿Está segura de hacerlo? No se ha recuperado- la miró preocupada

-descuida, estoy bien- sonrió -¿Listos?-

Todos asintieron, la morena abrió el portal, los niños cruzaron primero.

-los esperaremos- sonrió Fei Fei

-volveremos pronto, si Vincent llama, vayan- ellas asintieron

-tengan cuidado- dijo Abril -fue un placer volver a verlos- abrazó a cada tortuga

-cuidate Abril- sonrió Leo

-crucen ahora, sino se cerrará- dijo Jen

Ellos cruzaron y luego Erika cruzó antes de cerrar.

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-¡¿Por qué siempre caemos 10 metros?!- Kiri pateaba todo a su paso

-yo que sé- dijo Shane sacudiéndose

-fue un duro golpe- Mikey se levantó despacio

-ni cuando Shredder nos golpeó me dolió tanto- Donnie se acomodaba sus anteojos

-no estuvo tan mal- dijo Leo

-eso dices tú- Raph tenía a Erika encima, había caído sobre él

-lo siento- dijo apenada, al moverse rápido su fémur crujió y la hizo arrodillarse

-¿Está bien?- dijo Mikey, se acercó y la levantó despacio

-si, muchas gracias- se apoyó en él

-usted debería cuidarse más- dijo Raph levantándose -si sigue así va a morirse pronto-

-¡Raphael!- Leo lo regañó

-¿Qué? Es verdad, debería tener más cuidado-

-tal vez tengas razón- sonrió -la vida ha sido dura-

-si quiere, podemos ir a la guarida para que descanse un poco- dijo Donnie

-sería buena idea madre- Kiri la miró

-al menos media hora de descanso- Shane sonrió

-pero solo media hora, después haremos a lo que vinimos- acarició las cabezas de ambos

-no podrá ir por las alcantarillas así- Donnie la miró -podemos llevarla-

-no se preocupen, puedo ir sola- levantó sus manos

-Raph- miró a la mujer -llévala tú-

Leo sonrió, ella lo miró nerviosa, él quería darle al menos algo de contacto con su hermano, tal vez eso le daría algo de paz a su corazón.

-disculpe si la toco donde no debo- la cargó y se fueron camino a la guarida

Ya ahí Raph la dejó en el sofá, había acordado descansar así que no tuvo de otra más que aceptar.

Shane y Kiri se sentaron en el suelo a su lado, ella con su cabeza recostada en sus piernas y él con la suya en el hombro de su madre.

-creo que, hace mucho no estábamos tan tranquilos- dijo el ojiverde

-tienes razón, ya no habrá que correr por nuestras vidas- lo miró la castaña

-¿Que haremos ahora mamá?- la miró

-de momento, reconstruir Nueva York, luego ayudar a los mutantes y creo que volverán a la escuela- sonrió

-será raro volver después de 4 años- rió la menor

Salvar a la familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora