Capítulo 3

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Reyne Savaneva.

Muchas miradas estan fijas en mí mientras bajo del helicóptero, incluso, habían personas que estaban grabandome con sus celulares.

¡No debían grabar! Si Riam se da cuenta de que estoy en Rusia. No quiero ni pensar lo que pasaría.

Killiam me agarra del brazo, me sobresalto y lo miré sorprendida, pero él no mostró ninguna expresión.

ellos estaban entrenados para nunca perderte el control, aunque muchas veces lo perdían con mucha facilidad.

Él caminaba rápido, yo intentaba seguirle el paso.

Entramos a uno de los grandes apartamentos del comando militar, eran edificios gigantes, había militares por todos lados, miraban como Smirnov me llevaba por el brazo y los otros dos nos seguían.

Después de una extensa caminata, Killiam abrió una puerta.

—Espera aquí —ordeno.

Entré y era una habitación de interrogatorios.

Suspiro y me sientl en una de las sillas de metal, tenía hambre y mi cuerpo estaba cansado.

No dije nada, simplemente espero pacientemente que los minutos pasen, cada segundo parece que fueran horas.

No sé cuánto tiempo paso cuando entra una linda chica rubia de ojos marrones.

—Savaneva —me saluda por mi apellido mientras se acerca—. Me presento, soy la sargento Sara Ivanova.

—¿Por qué no viene uno de esos imbéciles a interrogarme? —pregunto desconfiada y levante una ceja.

—Les dije que entre mujeres nos entendíamos —se encoge de hombros.

—¿Qué quieres que diga? —muevo los dedos encima de la mesa con impaciencia, ella vio el gesto y empieza a examinarme.

—Todo.

—Empecemos desde el principio, entonces —relajo mis músculos mientras me acomodo en la silla, lo pienso demasiado antes de pronunciar alguna palabra—. Intentaron abusar de mí, ustedes lo saben, vieron el video a traves de las cámaras que hay en la zona. Todo cambio desde ese momento, le pedí a Riam que no me dejará sola, que me llevará con él, que me convirtiera como él.

✨🥀✨

Riam Black se dio la vuelta para irse, pero actuó por instinto y lo agarro del brazo.

—No me dejes sola… —lo miré directamente a los ojos, temblando de miedo— Por favor, no me abandones aquí.

—No puedo llevarte conmigo… —su mirada baja a mi camisa rota y sus ojos se llenan de ira, se quitó su chamarra rápidamente quedando con una camisa sin mangas. —. Ponte eso, caminaremos cómo si nada hasta llegar a mi casa.

Me puse la chamarra que me ofreció, mira a una de las cámaras de la zona y aprieta la mandíbula.

Empezamos a caminar, unas cuantas personas nos miran mal.

Pasamos por una banda de borrachos y no disimulan su asquerosa mirada llena de lascivia cuando me miran.

Siento los brazos de mi salvador rodearme, me estremecí notablemente, no porque su contacto me desagradara, pero en este momento lo último que quería era que un hombre me tocará. Aunque sea de una manera tan leve.

—Lo siento —murmura, levanto mi mirada del piso para verlo, pero él la evadió —, lo hice por instinto, al ver que no estás sola no trataran de hacerte daño.

Traiciones que duelen Where stories live. Discover now