Capítulo 5

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—Riam siguió vendiendo drogas durante semanas, estaba haciéndose conocido, y mientras más lo hacía, más peligroso se volvía todo —los recuerdos pasaban por mi mente cómo si fuera una película—. Muchas veces llegaba golpeado, las peleas lo buscaban —me contuve de sonreír, contar esto me estaba doliendo—, Hasta que un día, uno de los tantos enemigos que Riam puso una bomba…

—¿Por qué eran enemigos? —pregunto Killiam sin apartar la mirada de mis ojos.

—Porque Riam empezó a vender droga en su territorio —explique—… Pusieron la bomba en casa, yo estaba en ella cuando Riam entró desesperado por sacarme de ahí —trague en seco y el pecho empezó a dolerme demasiado—. Cinco segundos, solamente cinco segundos de que saliéramos, la casa explotó.

Él me mira sorprendido.

—¿Por qué se sacrificó por ti cuando solamente eras una desconocida para él? —pregunto.

Negué con la cabeza.

—Eso tendrá que preguntárselo usted cuando atrapé a Riam, coronel.

No sé por qué no le conté lo de su hermana y su madre, era algo importante, era algo de su pasado y aun así yo no quise decir nada.

Y me odié por eso, odie tanto que lo que sentía por Riam no me dejará ser completamente sincera, porque la verdad es que a pesar de que quería venganza también lo amaba.

Pero mis ganas de verlo en una cárcel eran más grandes que mi amor.

—Esa vez nos quedamos en un hotel y en la noche —cierro los ojos y no trato de ocultar la sonrisa de placer por la parte que voy a contar—… Riam asesino al hijo de puta que puso la bomba en nuestro hogar, después de eso Riam empezó a asesinar por poder, para crear su imperio.

«Voy a crear un imperio por ti» las palabras que Riam me dijo hace años resuenan en mi mente.

—Dime, Reyne, ¿Dónde crees que está Black?

—En su mansión en Venecia —dije sin pensarlo—. Siempre la utiliza para refugiarse.

—¿Siempre?

—Sí.

Él me miro muy detalladamente.

—¿Cuáles fueron los últimos socios de Riam?

Suspire.

—Últimamente, ha estado haciendo negocios con unos narcos colombianos, mexicanos y también… Japoneses.

—¿Está negociando con la Yakuza? —era evidente que eso le enojaba—. Necesito nombres de cada una de las organizaciones y también las personas que trabajan para ellos.

—Los mexicanos, como bien sabes, lo lideran Miguel García y Santiago López, el último esposo de Karla Martinez… A ella es la que deberían de preguntarle de ese clan, no a mí.

—No quiere hablar —me sorprendo, él esposó la abandonó y no quiere hablar.

—Riam les vendía grandes cantidades de drogas, ya que se volvieron enemigos de muchas organizaciones y no le querían vender… Su cultivo de droga fue quemado por los oficiales en México, así que no les quedó de otra que comprar.

—Los líderes colombianos son tres y como ellos dicen: Son unos hijos de las tres mil putas, Riam le compra droga a ellos, según él la droga de Colombia es otro nivel —ruedo los ojos, puede que sí, pero sus negociantes eran una patada en el hígado—, No sé cómo, pero encuentran una manera de traer la droga a Italia, solamente sé que le llaman la técnica de «Pablo Escobar»

Kieran llamó a unos de sus compañeros, el tal Kayron.

—¿Qué necesitas? —le pregunta relajado Kayron.

Traiciones que duelen Onde histórias criam vida. Descubra agora