❛ Cariño, muéstrame cómo es. Realmente no tengo ningún tipo.
Solo quiero follar toda la noche. ❜
Este libro contendrá escenarios, One-shot y Headcanon con tus slasher's favoritos.
Advertencias y aclaraciones:
° El libro contendrá material sexual e...
Ups! Ten obraz nie jest zgodny z naszymi wytycznymi. Aby kontynuować, spróbuj go usunąć lub użyć innego.
Advertencia: +16, bondage ligero, oral (recibir f), p en v, sexo sin protección (no lo hagas en casa).
. . . . . . . . . .
Ups! Ten obraz nie jest zgodny z naszymi wytycznymi. Aby kontynuować, spróbuj go usunąć lub użyć innego.
El Concierto para piano n.º 2 de Rachmaninov salió de los altavoces del salón. Afuera, había una tormenta eléctrica, la lluvia caía fuerte e incesantemente, el viento aullaba. Habría destellos de relámpagos entre las cortinas, y contabas los segundos antes de que siguiera el gruñido bajo de un trueno.
Había un fuego en el hogar, ¡sí, un hogar! Estabas saliendo con un chico muy elegante, después de todo, crepitando suavemente. La habitación olía agradablemente a leña, a libros viejos y a él. Tenías una copa de vino blanco en una mano, tu cuerpo suelto y lánguido, tibio por todas partes.
Simplemente fue la noche perfecta para quedarse.
Estabas ligeramente inclinada, mirando una sección de su colección de libros. Los libros de cocina eran la gran mayoría, lo cual no era sorprendente, pero también despertaron tu interés los tomos sobre historia del arte, ciencias naturales e incluso anatomía.
Escogiste uno al azar y lo hojeaste distraídamente. El Dr. Lecter, como todavía te gustaba llamarlo a veces, era un hombre tan interesante, conocedor de cosas que ni siquiera habías imaginado. Sin duda, había ampliado tu paladar, pero tenías que admitir que también había ampliado bastante tu mente.
No llevabas pantalones, solo la camisa que Hannibal llevaba antes, que apenas te llegaba a las rodillas, estaba en bragas.
"¿Me vas a leer?" Hannibal preguntó, dirigiendo tu atención de nuevo hacia él, descansaba en un diván, devorándote absolutamente con su mirada.
Aunque su tono era burlón, en secreto deseaba que lo hicieras. Le encantaba tu voz meliflua, sobre todo al recitar sonetos. O gimiendo su nombre al viento, como un lobo voraz llamado a la luna llena.
Te sonrojaste, un poco tímida por haber sido atrapada tan completamente distraída. "Lo siento, solo estaba hurgando..."
Él sonrió, sintiéndose un poco engreído. "¿Encontraste algo interesante?"
