Epílogo. Parte III/III

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- ¿Qué es esto?

- Es papá.

La parca movió la hoja que sostenía en sus manos en diferentes direcciones, frunciendo levemente su ceño y analizando el dibujo con sus ojos antes de bajar la vista a su sobrino.

- ¿Qué papá?

- ¡Papá HyunJin, tío! ¿No ves sus dos ojos rojos? - JiSung acercó un poco más la hoja para intentar observar el color y en definitiva estaba allí. Sin embargo, no era una forma en específico.

- Antonio José, eres un gran artista. - Asintió, fingiendo estar impresionado y observando la emoción en el brillo de los ojos oscuros de su sobrino.
- Definitivamente a tu papá le va a gustar.

- ¡Lo sé! - Exclamó, emocionado y tomando el dibujo de nuevo. Lo llevó a su pecho y se mantuvo observando fijamente a la nada por unos segundos antes de ver alrededor. Sentía la paz que emanaba su padre justo en aquel lugar. - ¡Papi! - Se dirigió felizmente al castaño, el cual dejaba su guadaña en un rincón y se ponía de rodillas para recibir el abrazo de su hijo.

- ¡Hola, amor mío! ¡Te extrañé mucho!
- Exclamó Muerte, masajeando la espalda del pequeño niño y besándole el cabello antes de olfatear. Adoraba el aroma de sus bebés, lo calmaban y era lo que más necesitaba en aquel momento. - ¿Qué es eso que traes ahí?

Antonio José se alejó un poco, relamiendo sus labios y extendiéndole el papel a su sy padre. ¿Crees que le gustará a papá HyunJin? El tío me dijo que era un gran atrista.

-Artista, si. Wow, Anto. Está hermoso. - Internamente pensaba en que debía de advertirle a su esposo antes de verlo. No es que no le gustaban, HyunJin adoraba los dibujos de su hijo y por eso tenían el refrigerador repleto de ellos. Sin embargo, podía ser algo brusco al no comprender exactamente lo que veía.
- A papá le va a encantar. - Comentó, devolviéndole el dibujo y encaminándose hacia JiSung, sentándose a un lado de este y suspirando.

- ¿Tuviste un día agotador? - La mejilla de YongBok se ubicó en el hombro de la Parca, la cual rió ante aquella opción y palmeó la cabeza de Muerte. - Te ves exhausto.

- Eso no es verdad. No he cambiado desde los diecinueve años. - Comentó, enderezándose para ver a su mejor amigo, el cual también lo observaba.
- Lo cual está bien, porque he podido cambiar mi aspecto.

- Echo de menos tu pelo. - Observó el cabello de su amigo. Ahora lo llevaba bastante cortado. Se veía bien y aún lucía realmente adorable.
- Y sí, te ves cansado. Yo te conozco y sé cuándo te ves cansado. No vengas a acusarme de mentiroso, YongBok Lee.

El nombrado sonrió levemente, realmente intentando evitar su día de porquería. Negó, queriendo que con aquel movimiento los feos pensamientos se fueran. - ¿Dónde está Yungyu?

- Durmiendo. - YongBok suspiró, arrugando levemente su nariz.  - Lucía exhausto. ¿Por qué?

- No encuentra a su conejito. - Su mejor amigo asintió con la cabeza, soltando un "Oooh" entre aquello, como si entendiese absolutamente la situación luego de aquello que YongBok había mencionado.

Su hijo de apenas cuatro años se la pasaba la mayor parte del tiempo callado, con su conejito de peluche en brazos llamado "Dientitos". Se la pasaba más con este que con su hermano, el cual se ponía notablemente celoso por aquel hecho. El problema era que Antonio José era muy diferente a su hermano menor: él pintaba todo el tiempo y veía caricaturas mientras hablaba sin parar. Yungyu, en cambio, apenas y decía una palabra. Tan solo le gustaba jugar a tomar el té con Dientitos y dormir muchísimo.

- Bueno, yo creo que se le pasará. ¿Quién de nosotros no perdió un peluche o juguete de niños?

- Pero el realmente ama mucho a su conejo. Es su mejor amigo y no quiero que pase por eso. Quiero que él mismo decida dejar de jugar con él. - Se quejó Muerte mientras veía a su mejor amigo levantarse del sofá. Su ceño se frunció levemente. - ¿A dónde vas? No te vayas...

[𖤐] dancing with the devil; hyunlixWhere stories live. Discover now