P ᴏ ʀ ᴛ ɢ ᴀ s ᴅ. ᴀ ᴄ ᴇ

1K 25 14
                                    

Personaje: Portgas D. Ace
AU: Mundo de One Piece
Contenido adulto: No


ᴇsᴘᴇᴄɪᴀʟᴍᴇɴᴛᴇ ᴘᴀʀᴀ: Itsmeioc
Que lo disfrutes !

Portgas D. Ace x lectora

ʀᴇɪɴᴏ ᴅᴇ ᴀʟᴀʙᴀsᴛᴀ

𝑷𝒐𝒗: ᴀ ᴄ ᴇ

- (Dios, encontrar a Barbanegra será más difícil de lo que pensé)

Me regaño internamente mientras sigo caminando bajo el arduo sol con la esperanza de encontrar algún lugar donde pueda parar para tomar un descanso y comer algo, una sonrisa se postra en mi rostro al ver a lo lejos un tipo de Cantina rústica a unos pocos metros de distancia, las energías regresan a mi cuerpo casi de manera inmediata y empiezo a correr lo más rápido que me permite esta arena tan molesta. Estando a menos de un metro de distancia de aquel lugar que parece mi salvación, noto como repentinamente un hombre sale disparado por una ventana del lugar a manos alguna persona que estuviera dentro de este, desconcertado, entro con un poco de desconfianza a la Cantina esperándome lo peor, pero termino encontrándome con un interior bastante lindo y un ambiente algo calmado para mi sorpresa tras aquella primera impresión.

- Increíble...

Digo en voz baja ante la sensación de encontrarme con un lugar tan lindo, observo el lugar completamente maravillado por los hermosos detalles que tenía, pero al fijar mi mirada hacia la barra donde se sirven las bebidas, quedo estático casi de manera inmediata al observar a una chica sirviendo algunas bebidas a los clientes y la noción del tiempo se va haciendo más lenta, poco a poco conforme observo con detenimiento cada una de las facciones de aquella chica. Tal vez me quede observándola bastante tiempo, ya que una de las meseras del lugar me saco de mis pensamientos preguntándome si tomaría alguna mesa o solo quería el baño, pues el lugar estaba algo lleno a ser un fin de semana, simplemente asentí y seguí a aquella mesera que amablemente me dirigió a una mesa disponible mientras yo no perdía de vista a aquella chica ni un solo momento, dueña de los ojos más hermosos que haya visto en toda mi vida, que parecen dos piedras preciosas por el brillo tan resplandeciente que tienen. Provocando que en el camino hacía la mesa terminara chocando con alguna que otra cosa de la Cantina o alguno que otro comensal del lugar

- Es... tan... hermosa...

Digo en un susurro ya sentado en la mesa que me habían asignado después de haber llegado a esta con dificultad por estar chocando con diferentes objetos y personas... mientras suelto un suspiro al observar de nuevo a aquella chica, complemente perdido en sus facciones y cada uno de sus movimientos para después de unos instantes, rápidamente negar con la cabeza, forzandome a concentrarme a lo que había entrado a esa Cantina

- (¡Concéntrate, recuerda a lo que viniste, no te pierdas en ese ser tan perfecto!) -

Me repito internamente aún sabiendo que sería casi imposible actuar con normalidad para después tomar la carta que me ofreció la mesera y empiezo a tomar mi orden pidiendo varias cantidades grandes de comida, carne y bebidas.

𝑷𝒐𝒗: ____

En medio de mi turno, cuando estoy sirviendo altunas bebidas para los clientes, repentinamente siento una mirada intensa detrás de mí. Cuando me doy la vuelta puedo notar a un chico de cabello negro, con pecas, atractivo, alto y notoriamente atletico por la ropa que traía, que al darse cuenta que nuestras miradas se cruzaron, desvía la mirada rápidamente con un sonrojo ligero en su rostro, por lo que sonrió inconcientemente ante tal gesto que me parece muy lindo y adorable viniendo de un chico físicamente atractivo como él.
Después de un rato, la Cantina comienza a vaciarse, pues ya comenzaba a oscurecer, causando que solo aquél chico y uno que otros comensales mas quedarán en la Cantina. Después de un rato me encuentro limpiando la barra de bebidas y noto como aquel chico pelinegro se acerca a paso lento, sin despegar su mirada de mí. Cuando finalmente llega, levanto la mirada para encontrarme con él, cara a cara, sonrió amable y le entrego la cuenta de todo lo que había pedido, sin decir una sola palabra este se sienta en uno de los bancos de la barra comenzando a sacar su dinero para poder pagar la cuenta

- ha sido un día largo... ¿Qué te parece una cerveza? yo invito

El silencio y tension que había entre nosotros es interrumpido por su propuesta con un nerviosismo notorio, me sorprendo ante su repentina iniciativa, noto como coloca el dinero en la barra y su rostro se comienza a tornar de un rojo carmesí, dejo escapar una risa ante aquella invitación repentina que claramente no estaba pensada de la mejor manera, tomo el dinero y me doy vuelta hacía la parte de las bebidas. Guardando el dinero en la caja registradora, separandolo por secciones, manteniendo un órden, para después agacharme y tomar dos tarros medianos de cerveza, comenzando a llenar uno de estos dos de un

- ¿Tú? ¿Invitarme una cerveza en mi propia Cantina? pero que amable

Respondo con sarcasmo pero sin ser grosera para luego de unos momentos voltear a verlo nuevamente, deslizando un tarro de cerveza hacía él y tomar un trago del que yo sostenía en una de mis manos. La conversación fluye sorprendentemente bien, tanto, que la noción del tiempo se nos pasa demasiado rápido, por lo que acompañe al chico hasta el hotel más cercano después de cerrar mi local

- ¿Y bien? ¿Me dirás tu nombre?

- Demonios... Había olvidado presentarme, disculpa, no pude concentrarme con esos ojos tan lindos... Llámame Ace, estaré para servirte

Toma mi mano para después alzarla ligeramente y depositar un corto beso, provocando una sonrisa ligera en mi rostro, cuando termina, le indico mi nombre y que la Cantina tendrá las puertas abiertas siempre que quiera cruzarse por ahí. Nos quedamos unos momentos más hablando sobre nosotros y alguna que otra cosa sobre el país, finalmente me despido de él y justo cuando estoy por irme, rápidamente me jala del brazo dándome un pequeño beso en la mejilla para después sonreír y alejarse repentinamente, despidiendose con la mano, me quedo estática unos momentos, sintiendole a la nada. Desde ese primer encuentro, las visitas de Ace son más recurrentes aunque mayormente solo son por un corto tiempo ya que sigue dedicándose a la búsqueda de un tal Barbanegra a quien está aferrado de encontrarlo sin importar el costo, aunque me preocupara un poco el riesgo que podría implicar eso, solo podía apoyarlo y quedarme callada pues no me consideraba alguien importante en su vida para poder decirle que hacer y que no hacer.
Pasadas unas semanas, Ace entra a la cantina como cualquier otro día normal, pero en esta ocasión, llega más tarde de lo habitual cuando estoy apunto de cerrar, termino de acomodar los tarros que estaba limpiando para dirigirme a la puerta de entrada, ya que aquel pelinegro no se había movido de ahí, lo que provocaba que el ambiente se sintiera más tenso de lo habitual... Cuando me acerco a Ace, repentinamente siento como me toma de las manos, me mira a los ojos con una determinación que nunca había visto, me pierdo en su mirada unos momentos para luego mirarlo con confusión y intriga

- Tengo que irme, pero no me quiero alejar de ti, déjame ser tu acompañante y arriesguemos nuestras vidas en un mar de aventuras sin fin, donde solo nosotros pongamos los límites...

Mi corazón se detiene unos momentos para después comenzar a latir rápidamente cuando Ace toma mi rostro entre sus manos y me hunde en un beso lleno de amor, expresando todos sus sentimientos sin decir alguna otra palabra, no hay nadie más que nosotros en ese momento, todo es tan bello que parece que estoy soñando... ¿Así es como se siente el amor de verdad? Pues solo lo voy a averiguar a lado de este hombre maravilloso...

𝐎 𝐍 𝐄   𝐏 𝐈 𝐄 𝐂 𝐄   ᴡʀɪᴛᴛᴇɴ ᴅʀᴇᴀᴍsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora