Capítulo 01: La Bruma del Sueño

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LA BRUMA DEL SUEÑO

Supe que algo estaba mal antes de abrir los ojos. Lo supe con una certeza absoluta porque, luego de lo sucedido, no había manera de que estuviera vivo. Pienso en ello por un momento; algo se siente decididamente incorrecto en todo esto, aunque no termino de comprender que es.

Cuando finalmente abro los ojos, empiezo a comprender que es. Todo es tan intenso que tengo que volver a cerrar los ojos. Abro la boca para respirar, aun en shock, y me obligo a serenarme. No puedo permitirme entrar en pánico. Mi mente tarda casi un minuto en aquietarse. Cuando logro estabilizar mi respiración, los vuelto a abrir.

Justo en ese momento la puerta se abre con un chirrido, un hombre de traje entra, me dirige la más breve de las miradas y vuelve a salir.

De alguna manera puedo escuchar lo que le dice a su compañero fuera de la habitación.

—El prisionero despertó. Papa Dino pidió ser informado.

Me quedo congelado.

No es posible, simplemente no es posible.

Dino Golzine está muerto; yo mismo lo vi caer a las llamas luego de dispararle al Coronel Fox. Me asegure de enviar a mis chicos para estar seguro. No quedaron ni siquiera sus restos. E incluso si eso no hubiera sucedido, él fue gravemente herido por Fox, nadie debería ser capaz de sobrevivir a eso. Eso es lo que estoy pensando cuando la puerta abre y Dino entra por ella, seguido de dos hombres más.

Se ve bien, perfectamente saludable dentro de un costoso traje italiano. En definitiva no parece herido, ni mucho menos muerto, mientras me mira con una sonrisa.

—Veo que ya estas despierto, Ash—saluda Dino —Ya me estaba preguntando cuando despertarías.

Fuerzo mi expresión a ser indiferente. No quiero darle la satisfacción de parecer sorprendido.

—¿Qué es esto?— pregunto —¿Acaso estoy en el infierno?

Dino se acerca y acaricia mi mejilla. Sacudo mi cabeza hacia otro lado con la intención de alejarlo, pero él agarra mi barbilla y me mantiene inmóvil.

—Tan hermoso— dice en voz baja —Y tan insensato. Tu vida me pertenece, no tienes permitido morir hasta que lo permita.

Sus palabras me provocan una llamarada de indignación. Entrecierro los ojos.

—Mi vida nunca te perteneció, bastardo— escupo.

Dino me suelta, pero se mantiene cerca.

—Pudiste haber muerto, aun así no pareces sorprendido.

—No lo estoy. La muerte era demasiado buena para mí.

Frunce el ceño.

—Deberías haber ido al hospital.

Desvió la mirada mientras la ira burbujea dentro de mí. Elegir volver a la biblioteca había sido mi decisión. No me arrepiento de ella; ese debería haber sido mi final, envuelto cálidamente en las palabras de Eiji, con la calma de la muerte arrastrándome lentamente a sus profundas aguas.

E incluso eso me ha sido arrebatado.

—No eres quien para decirme eso.

Una sombra cruza el semblante de Dino.

—Y como siempre, ahí están tus garras ¿Al menos sabes lo que sucede aquí?

—Tienes dos guardas en la puerta y cinco más en el pasillo. Ambos sabemos que no son suficientes para detenerme— informo mirándolo a los ojos sin pestañear —Y cuando salga de esta celda, porque lo haré, terminaré lo que comencé y cortare ese obeso cuello tuyo. Esa es la situación actual.

Cautivo [AshxEiji]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora