🐯 Capítulo 6.4 Lamentos de tigresa 🐯

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Lo que vi en el pasado de Sheila cuando salió de su cuerpo aquel mismo espejo mágico que con mi senpai fue realmente impactante, pude entender las razones de Karla para haber actuado como actuó y lo que vivieron en Jungle Kingdom.

Ser la hija primogénita de un reino que depende al 100% de ti y de tus decisiones no fue una tarea fácil.

Ahí vi cómo aparecieron dos siluetas de niños bestia que dijeron:

—¿Es ella verdad?- preguntó la silueta de una niña pantera— la hija del "tigre sangriento".

—Hay que alejarnos no vaya a ser que quiera comernos— dijo la otra silueta de un niño oso.

Sheila entonces me explicó que lo único que ella quería era esto:

Quería tener muchos amigos no ser una reina temida sino amada por mis súbditos, pero a veces no podía controlar mi fuerza de tigre y terminaba arruinando mis oportunidades de hacer amistades.

Esta vez la princesa Sheila lloraba en su recámara con una mujer tigre consolándola.

—No llores más cariño cuéntame ¿qué fue lo que te pasó?

—Simplemente quise jugar con unos niños a la pelota y la terminé rompiendo con mi fuerza se enojaron mucho conmigo.

—Mi amor tranquila fue sólo un accidente algún día estoy segura de que harás amigos, quizás no muchos, pero sí verdaderos amigos que te quieran tal cuál eres.

—No es verdad mamá ellos tienen razón soy un monstruo ¡un verdadero monstruo!

La pequeña Sheila salió triste de su cuarto viendo su padre aquella escena le preguntó a su esposa:

—Sheranee ¿qué le pasa a nuestra hija?

—Está muy triste por algo que le pasó en la escuela Taigar, pero no te preocupes ya se le pasará.

—Esto se pudo haber evitado si me hubieras dejado criarla en casa así como nos criaron a nosotros.

—Quería que nuestra hija conviviera con gente real, para que aprenda cómo es el mundo real allá afuera y sea una buena reina algún día.

Coincidí con la reina Sheranee la madre de Sheila era muy buena, ahora entiendo porque Sheila es como es.

—Sólo te digo que si alguno de esos imbéciles se atreve a lastimar a mi pequeña yo...

—No Taigar, no intervengas en esto quedamos que de la educación escolar de nuestra hija me encargaba yo.

—Bueno, está bien.

El rey Taigar aunque parecía ser un padre sobreprotector no parecía ser tan malo cómo Karla nos hizo creer bueno tuve que esperar para descubrir la verdad.

A simple vista—narró Sheila- parecíamos la familia perfecta, pero a puertas cerradas era completamente diferente.

Ahora la que lloraba era la madre de Sheila.

—Ese maldito... me volvió a engañar lo odio.

Sheila llegó al cuarto de su mamá y le preguntó:

—Mamita ¿qué tienes?

—No es nada mi cielo— forzó una sonrisa mientras secaba sus lágrimas— problemas de adultos por los que tú no te tienes que preocupar aún.

—Bueno si tú lo dices mami— dijo Sheila abrazando a su mamá, lo sé por el sonido que me recordaba a los abrazos de la mía.

Sheila siguió narrando lo siguiente:

Twilight High School para brujas y nigromantes (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora