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Ay no

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Ay no... Estoy frita!

Luego de lo sucedido no volví a cruzar palabras con Jang-Soo, tenía la certeza de que de alguna manera estaba enojado conmigo debido a aquella mirada que me dió cuando no lo quise dejar ir.

¿Habré sido demasiado pegajosa?

Quizá se sintió sofocado con mi toque...

En éste momento me encontraba caminando hacia la salida del colegio ya que de pura casualidad del destino justamente hoy a mi padre se le presentó algo y por lo tanto no puede venir a buscarme para llevarme a casa.

Que casualidad que hoy es cuando más rápido quiero llegar a casa, quiero tener una seria charla con mi almohada.

Sonreí de lado cuando a mi lado pasó Soon-Yi junto a Yeon-Joo caminando con rapidez, bueno, casi corriendo, mientras huían de Tae-Man el cuál se encontraba detrás de ambas riéndose a carcajadas mientras sostenía algo entre sus manos. ¡Las estaba persiguiendo con un bicho!

Me resulta curioso como unas personas que dan la impresión de no llevarse bien, se tienen tanta confianza y cariño hasta el punto de jugar de esa manera.

Ojalá yo fuese parte de ese grupo...

Levanté la mirada queriendo deleitarme con aquel paisaje hermoso que hace unos años me tranquilizó en momentos de desasosiego, pero detuve mis pasos en seco al enfocarme con las esferas moradas que desde hace un año adornaban los cielos del mundo.

Hola esferita, no pretendo declararte la guerra ni nada pero podrías cambiar de color? El morado es mi color favorito y no me gusta tener pesadillas con él.

No quería sonar rara si decía lo que pensaba en voz alta pero, ¡Parecía que todo estuviese preparado en mi contra! Cuando era niña le tenía un extraño temor a los trenes que en palabras de mi madre empezó luego de ver una película de unos alienígenas, y como la película se desarrollaba en un tren, mi inocente cerebro lo relacionó cómo algo peligroso. Menos mal que ese miedo solo duró un año ya que se me olvidó al crecer. Sumado a eso mi color favorito es el morado. ¡Todo tiene sentido!

Aunque bueno, no es que en esas esferas habiten alienígenas, pero ese no es el caso importante en éste momento.

Retomé mi caminata a pasos rápidos queriendo ya ver la puerta de mi casa. Confieso que no me gusta para nada salir sin un acompañante ni mucho menos durar tanto tiempo a la “intemperie” como le llamo yo a las movidas calles de la ciudad y aún menos cuando estoy sola, cuando se presentan situaciones como la del día de hoy prefiero caminar más rápido que flash para llegar a casa sin importar que no pueda respirar bien por el agitamiento.

Aunque en ocasiones si me dan "arranques" que me hacen que quiera salir y disfrutar, pero cuando “salgo y disfruto" me lleno de ansiedad porque quiero volver a mi cuevita.

𝗤𝗨𝗜𝗘𝗧 • 𝗗𝗨𝗧𝗬 𝗔𝗙𝗧𝗘𝗥 𝗦𝗖𝗛𝗢𝗢𝗟.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora