Capítulo 2

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Charlotte Harrison

Hay días buenos y días malos, y para mí, hoy es uno de esos días malos. He llegado tarde a mi trabajo, Derek Osuna anda con su actitud desquiciada y eso no evita que piense en mi mejor amiga, ¡¿Que rayos le habrá hecho para que esté con su humor de perros?! Y además de eso, Leister con su estupidez de no querer la fiesta que, al final de cuentas terminaré haciendo en nuestro departamento.

—¡Lo odio! —espeta Nay, al abrir la puerta de mi oficina.

—¿A quién odias y por qué? —pregunto, consciente de quién es la persona de la que ella está hablando.

—¡A Derek! ¡Lo odio! —suspira, después toma asiento frente a mi escritorio.

—Tranquila, ¿ahora que te hizo? —le pregunto, sin dejar de mirar a la pantalla.

—No quiere pasar la navidad con mis papás, odio que sea así, tan... tan cerrado, tan introvertido.

Y pensar que Leister es todo lo contrario a eso.

—Convencelo, serán marido y mujer, en algún momento pasarán navidad o año nuevo con tus padres.

Suelta un bufido y comienza a platicarme el conflicto de ambos; él insiste en pasar la navidad en casa, y mi amiga en la suya con sus padres, y en compañía de Derek.

—¿Dónde la pasaran ustedes? ¿Ya lo saben tus padres? —niego.

—La pasaremos con mis padres, tal vez. Y no, aún no lo saben.

Sé a lo que se refiere, si aún no saben que serán abuelos. Cuando le conté a Nay pegó el grito en el cielo. Sus palabras fueron: "Seré la tía más perra que hayan tenido jamás". Y hasta el momento me lo sigo creyendo. Siempre hablamos de ser como una segunda madre a la que tuviera primero un hijo, y sé que Nay lo será.

—¡Pff! ¿Cómo crees que se lo tome tu madre?

—Ya la conoces, ni siquiera sabe que estoy comprometida y...

—¡¿Y qué esperas?! ¿Que se te note el bulto? Joder, coneja, deberías decirle, por lo menos a Nerón.

—Lo haré, ¿vale? Farid y yo iremos a California, pasaremos navidad y posiblemente año nuevo con mis padres y... ahí ya no podré ocultarlo, me conoces y ellos más que nadie me conocen, sobre todo mi madre.

Le cuento las últimas noticias de mi relación con Farid. La invito a la fiesta que le estoy organizando por su cumpleaños, y por supuesto, le digo que iremos a casa de mis padres el fin de año. Estoy nerviosa, sobre todo porque Oliver ha sido y estoy segura que será por lo menos en lo que conoce a Leister, su adoración. Siempre supo como ganarse la confianza y el cariño de mis padres.

La tarde pasa lento, comienzo a fatigarme y las cuatro paredes de la oficina comienzan a asfixiarme. Opto por hacer algunas llamadas para que decoren el apartamento con la ayuda de Nay, quien volvió después de mediodía diciendo que no quería trabajar. Cierro la portátil, tomo mi bolso y salgo de la oficina caminando hasta el elevador. Éste abre sus puertas, y si mi día no estaba para peor, veo a Omar Archer salir de ahí.

—Princesita —dice, esbozando una sonrisa —. Espero no tengas planeado irte porque tengo una propuesta para ti.

—Habla rápido, ¿qué quieres? —respondo con tono agresivo.

—¿Así es como tratas a tus clientes? —se hace el ofendido tocándose el pecho. —Debería presentar una queja en recursos humanos.

—Presentala, sabes que no le tomaría la más mínima importancia.

PERVERSOS 3° ProhibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora