Parte 45

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Miriam estaba muy nerviosa, por fin estaban acabando clases, este mismo día se graduarían de secundaria. Tenía las uñas dañadas de tanto morderlas durante las últimas horas, era obvio ya que tendría que recibir un diploma frente a todo un público.

Este año, en la opinión de la gallega, había sido el mejor de todos. Después del baile de invierno las cosas habían funcionado de maravilla, su primera cita con Ana, a pesar de que fue un desastre cuando la castaña en la playa se cayó al agua, fue perfecta ya que al final las dos terminaron riéndose. Eran una pareja muy peculiar, siempre se peleaban por tonterías o discutían por celos, era lo mejor ya que al final las reconciliaciones eran muy intensas: alguna de las dos siempre terminaba en la cama de la otra.

Miriam nunca hubiera imaginado lo cursi y tierna que podía llegar a ser una Ana enamorada, la castaña siempre andaba pendiente de ella, cuidándola, haciéndole cariño y sonriéndole tontamente enamorando aún más a la chica de ojos mieles. Pero después de tantos meses se graduarían, no se preocupaba en no volver a ver a su novia ya que ellas ya lo habían discutido. Las universidades a las que asistían, por mera casualidad, estaban muy cerca (como a una hora y media de la otra) así que podrían verse prácticamente todo el tiempo. El problema era Thalia, ella se iría a estudiar costura en Paris, eso a Miriam le dolía mucho ya que sería como despedir a una hermana.

— Miri, cariño, ¿Estas bien? — escuchó la voz de su novia tras ella, estaba sentada en una de las mesas de la biblioteca.

Otra cosa que había cambiado en su relación y también amaba, se tenían, al igual que antes, apodos cariñosos. Ana siempre le decía Miri, Leona, amor (Pocas veces cuando estaba enojada o celosa era que le llamaba "fenómeno". Miriam no quería admitirlo, pero lo extrañaba un poco)

— War... — planeaba decirle que todo estaba bien, pero al ver los ojos marrones de su novia se derrumbó por completo — Me encuentro un poco triste... por todo el tema de Thalia.

Ana la miró con ojos dulces, ella sabía lo mortificada que Miriam estaba por la partida de una de sus mejores amigas. Las dos vestían togas azules para ir a la ceremonia de graduación, el color de la ropa hacia lucir de un miel más claro los ojos de Miriam.

— Miriam... — murmuró suavemente mientras cubría la mano de su novia con la suya, comenzó a trazar tiernos círculos en sus nudillos — Ya hemos hablado de esto, descuida, podrán hablar por skype y cuando puedas la visitaremos a Paris.

Miriam disfrutaba las caricias de Ana, su piel hormigueaba con su tacto.

— Pero ¿Y si dejo de importarle? A veces las distancian rompen relaciones, Ana — dijo recordando todas esas historias de película que había visto.

Ana negó varias veces con la cabeza divertida por el drama de la chica.

— Estas paranoica, amor — después se acercó a Miriam para sentarse en sus piernas y rodear su cuello con los brazos, la miro fijamente a los ojos — No hay manera de que alguien se pueda olvidar de lo maravillosa persona que eres, Miriam Rodríguez.

— ¿Lo dices enserio? — sonrío a Ana.

— Tan enserio como que Aitana casi reprueba Biología — las dos rieron recordando como la latina había llegado un día a su casa pidiendo ayuda a la rubia, había interrumpido una gran sesión de besos en el sofá de la chica con su novia.

Miriam aun sentía rencor, pero se ofreció a ayudarla.

— ¿Ya estas lista para crecer? — la castaña estaba peinando el cabello de Miriam con sus dedos.

— Un poco, preferiría volver en el tiempo y empezar de nuevo la secundaria, ¿Sabes? — sacudió la cabeza mientras reía un poco — Pero también recuerdo que ir a la universidad será una etapa nueva y gratificante de nuestras vidas.

Rivales - Adaptación Wariam -Where stories live. Discover now