diez

44 12 2
                                    

Jongho no podía estar más sorprendido, pero era más ese tipo de sorpresa que te hace reír y cubrirte la boca para ocultar tu sorpresa.

Yeosang le debía mucho dinero después de esto.

Los dos chicos salieron del casillero, ninguno de los tres había dicho nada, pero era suficiente con mirarse. Jongho seguía cubriendo su boca con ambas manos, estaba peleando contra sus demonios internos - se estaba aguantando la risa tan fuerte que lágrimas estaban saliendo de sus ojos. -

— ¿Qué? — Mingi soltó cándido, como si fuese ajeno de lo sucedido, su contestación relajada había detonando la carcajada que el otro llevaba tanto aguantando.

— ¡¿Como que qué?! — Tuvo que recargarse con una mano sobre el piano junto a él, hacía tanto que no se reía así, igual la situación no era tan graciosa, pero para jongho era como si la comedia hubiese renacido.

— Puedo explicarlo, había un señor afuera y sabes que si entras a. . . ¡deja de reírte no es nada raro! — Entre risas, su salvador le hacía señas para que se girara, sólo para encontrarse con la puerta corrediza del aula semiabierta, había sido abandonado.

— Creo que no soy el que más necesita explicaciones en este momento. — Finalmente se había recompuesto, dejando sólo una leve sonrisa en el rostro del menor, estaba satisfecho con su burla.

En realidad, era mingi el único al que le debían aclaraciones, de ser regañado y prácticamente acusado de carecer de intelecto, a ser besado vil y violentamente.

No es como si no hubiese rogado a gritos a que sucediera desde hace tiempo, pero el cambio de ambiente viniendo de alguien que juraba no sentía nada más que amistad por él tendría que ser explicado.

Aún desorientado por lo ocurrido, corría para alcanzar a hongjoong y no verse en la necesidad de gritarle para llamar su atención.

Estando lo suficientemente cerca dijo su nombre, parándose frente a él forzándolo a detener su paso.

Aún era demasiado temprano, ni una sola alma en ese pasillo, ningún ojo que mirase a hongjoong llorar.

— ¿Huh? ¿por. . .? ¿hice algo malo? — El rostro de mingi expresaba genuina confusión, buscaba el rostro del otro para mirarlo a los ojos pero lo evitaba constantemente, quiso acariciar su hombro en un intento de tranquilizarlo, pero en cuanto
hizo contacto fue apartado con un leve golpe.

La interacción no había sido del desagrado de hongjoong, de hecho, al ser él quien lo inició fue al que más le agradó, pero había algo en su cuerpo que lo rechazaba, algo que se sentía incorrecto.

¿por qué estoy así? ¿qué es lo que está mal en mí?

De inmediato su cabeza comenzó a dar vueltas, ignorando el hecho de que mingi seguía observándolo.

¿por qué me siento tan mal? no hice nada malo, ¿o sí? No tiene. . . ah.

¡Ding ding!

es porque "me caes mal".

¿Cuántas veces se debía repetir esa mentira para que se convirtiera en una verdad?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 18 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

lockscreen ✧ minjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora