Especial 15K: 22:22

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El invierno está llegando a pasos agigantados, seguimos con los entrenamientos de fútbol, pero esta vez se redujeron debido a que están habiendo muchos enfermos debido a las bajas temperaturas. Camino por las tiendas con Haruna y Tachimukai, el cielo se oscureció hace un buen rato.

- ¡Mira, Tn, las 22:22! - Haru me grita emocionada señalando un reloj de farmacia - A esta hora debes pedir un deseo, cuentan que se hará realidad si lo pides con mucha fuerza y cariño.

- No tengo nada que pedir, Haru. - mi amiga hace puchero, Tachi se ríe ante nuestro comportamiento - Te prometo que pediré un deseo cuando encuentre algo que valga la pena, ¿sí? - ella sonríe.

- ¡Bien! - vemos a Kido acercarse a nosotros, es fácil distinguirlo por sus lentes tan particulares - ¡Hermanito, hermanito! - la peli-azul se acerca hasta él corriendo, salta a sus brazos con alegría.

Paseamos un poco más entre los cuatro, Kido y yo tomados de la mano, hasta que llega la hora de irnos a casa. Cuando regreso, ceno con mis padres y subo a mi habitación pensando en lo que dijo Haruna acerca del deseo, ¿debí pedir algo?

Me levanto al día siguiente, es fin de semana, así que no hay entrenamiento. La mañana es fría y algunos copos de nieve pueden vislumbrarse levemente, tomo mi teléfono y llamo a mi novio.

- ¿Sí? - su voz al otro lado es suficiente como para hacerme sonreír, me aclaro la garganta para que se me entienda.

- ¿Quieres salir hoy en la tarde-noche? - suena una pequeña risita del otro lado - ¿Estás ocupado? - no se me ocurrió preguntarle eso primero, mala jugada mía.

- No, no estoy ocupado, nos vemos esta noche, cariño. - colgamos la llamada, abrazo mi almohada con fuerza, si le digo a Kido cómo me deja después de una llamada me dirá loca.

Me preparo para salir con una ropa un poco más elegante que de costumbre, tomo mi abrigo y salgo de mi casa corriendo a donde le dije a mi novio que nos veríamos. Llego al punto de encuentro cuando él ya está ahí.

- Lo siento, ¿esperaste mucho? - sacude la cabeza, aunque no llegué tarde, e incluso aparecí antes de la hora de encuentro, Kido es muy puntual con nuestras citas.

Nos movemos por las calles abarrotadas de gente apresurada comprando regalos de Navidad y comida, tomo la mano de Kido con fuerza, veo que una sonrisa se forma en su cara. Antes de darme cuenta, ya se hizo de noche y el cielo se oscureció, miro al reloj: 22:22.

- Te amo, cariño. - nuestros labios se juntan en un beso tierno, si tuviera que pedir un deseo, sería durar toda mi vida con este chico de lentes particulares.

Mi Diosa de la Victoria {Yuto Kido X Lector}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora