Charles Leclerc. Le llaman Il predestinato. El niño bonito de Mónaco. Rico, famoso pero con un odioso destino que cumplir. Enamorarse no es una opción para él.
Diana De Luca. Un pasado marcado por la tragedia que la ha hecho desconfiar de todo llev...
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📅 DÍAS DESPUÉS
📍MARANELLO
Intento reprimir un bostezo pero no lo consigo porque estoy muerto de sueño. Apenas presto atención a lo que nuestro director de marketing nos explica. Por suerte, somos más en la sala y apenas nadie repara en mi.
- ¿A que hora llegasteis anoche? –Carlos voltea un poco su cuerpo hasta estar más cerca de mi y hablarme en voz baja para que nadie pueda escucharnos.
- Casi las doce. Joder, no sabía yo que Eurodisney era tan cansado. ¿Porqué tiene que estar ella aquí? estoy hasta los cojones de tenerla alrededor nuestra -Bianca está en una de las esquinas de la sala asintiendo a todo lo que nos explican, y con una sonrisa de suficiencia como si se creyera la puta dueña de todo esto.
- Dicen que Piero Ferrari está enfermo –Carlos mira lo mismo que yo poniendo una expresión de hastío.
- Pues espero que no deje la empresa a su nieta, porque entonces me busco otra escudería.
- Podíamos fundar una –me sugiere Carlos frunciendo sus labios- nosotros dos, Valeria, Thalía y Lenna. Éxito asegurado.
- ¡Ya te digo!
-Ella cree que se la va a dejar, pero, no cuenta con su tío Agnelli -nos cuenta Thalía hablándonos en el mismo todo que nosotros- os aseguro que el hijo de Piero tiene más peso en la empresa que la hija de su hija.
-Bueno, yo no me fiaría de esa niñata. Después de todo lo que le ha hecho a Lando imagina lo que le hará a su abuelo -la vibración de mi móvil me hace sacarlo de los pantalones. Lo miro porque mientras Diana está dando clases, y Arthur está en la guardería. Al ser su primer día no dejo de pensar en si estará bien, temiéndome que me llamen para que vaya a recogerlo. Pero, es mi puto padre, otra vez. Ignoro su llamada, pero antes, miro los mensajes que me ha enviado, y es el último el que hace que todo mi cuerpo tiemble.
" No creas que podrás esconder por más tiempo al hijo de Lorenzo. Exijo ver a mi nieto"
Llevo mi mano a la cara y respiro con dificultad. Este momento temía que iba a pasar, pero, pensé que sería más tarde. Carlos asoma la cabeza por encima de mi teléfono. Le muestro la pantalla y chasquea su lengua con desagrado.
- Era cuestión de tiempo que se enterara, Charles. Mejor cógele el teléfono, así podrás deshacerte antes de él.
La charla dura un cuarto de hora más. Me pongo en pie y salgo de la sala sin esperar a las preguntas. Saco mi teléfono cuando estoy lo bastante alejado. Marco el número de mi padre y él me responde a los pocos segundos. En cuanto lo hace, le doy a grabar porque si algo he aprendido es que con mi padre siempre hay que estar preparado.
- ¿Hasta cuándo pensabas esconderme al niño?
- Hasta que los tíos que tienes siguiéndome te lo contaran.
