12. El insoportable y el pedante.

21 7 54
                                    


La mañana llego, y eso significaba que teníamos que entregar el proyecto del profesor Núñez.

Me levante, hice mi cama y me fui a bañar para luego ponerme un pantalón de vestir negro junto con un suéter café oscuro. Estaba un poco indeciso con los zapatos, pero opte por lo más sencillo, unos oxford negros.

Cuando salí de mi cuarto ya listo, me encontré a Levi durmiendo plácidamente en mi sofá. Al principio pensé que estaba viendo un fantasma, pero en efecto, era él en carne y hueso. Había olvidado por completo que lo invite a pasar la noche o mejor dicho, la madrugada.

No podía dejarlo más tiempo descansando, por lo que me decidí por despertarlo de la forma más amable posible. Arrojándole una almohada.

—Levántate, ya es hora de irnos —dije alzando un poco mi voz mientras guardaba mi laptop con el USB de la tarea en mi bolso.

—¿Eh? —chilló Levi confundido, al parecer no había aterrizado en tierra todavía.

—¡Ya nos tenemos que ir! —exclamé acercándome a él.

—¡Eh! ¡¿Tan temprano?! —asustado se incorporó de su posición.

—No es temprano, son las 8:15 de la mañana —expliqué mostrándole la hora de mi celular.

—¡Eso es muy temprano! —gritó indignado pasando sus manos por su cabello oscuro— ¡Las clases empiezan a las 10!

—Creo que olvidaste que uso el transporte público, eso me toma tiempo. —respondí alejándome de la sala.

Al parecer Levi aún se estaba recuperando de la impresión. Pero yo no tenía por qué esperarlo, así que tome mis llaves y me dispuse a irme.

—¡Espera! —exclamó el gritón poniéndose sus tenis con rapidez para después tomar sus cosas de la mesa.

Para mi sorpresa en un abrir y cerrar de ojos ya estaba afuera.

—Eres un hospedador horrible... —dijo en voz baja pasando su mano por su rostro.

—Y tú un invitado desagradecido —respondí cerrando la puerta de mi apartamento, encaminándome a las escaleras.

—¡Espera! —Levi gritó de nuevo apresurándose para seguirme el paso.

Admito que fue divertido verlo seguirme como si de su vida dependiera. De hecho así era, pues yo tenía el proyecto.

Saliendo de la zona donde vivía, tomamos en la parada más próxima un camión que nos dejaba un par de cuadras antes de la universidad. Al llegar caminamos con tranquilidad, pues tiempo nos sobraba.

Levi estuvo en silencio durante el trayecto del autobús, aquello me extraño, me imagine que era por su falta de sueño, porque volvió a la normalidad en cuanto bajamos del bus.

—¿Si sabes que falta como 1 hora para que empiecen las clases? —preguntó soltando un gran suspiro.

—Soy consciente de eso, pero prefiero llegar antes que tarde.

—Te entiendo, pero ¿No te parece DEMASIADO temprano? —dijo haciendo énfasis en lo temprano que era.

—Te repito, antes temprano que tarde.

—Como digas... —contestó sin ganas, dándose por vencido.

Después de eso hubo silencio, eso me alegro, aunque fuera por solo unos segundos.

—¿No tienes hambre? ¿Qué sueles desayunar? —preguntó con entusiasmo, como siempre.

No pude evitar dirigir mi mirada hacia él, asombrado por cómo puede ir de un tema a otro.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 11, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Dulce y amarga espera © (DYAE) // Clichés musicalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora