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Llamada entrante de Chae bb 💘≫

-No le voy a contestar.

Sorbió por la nariz la nipona, mientras su hermana acariciaba su espalda y Jeongyeon le abrazaba.

-Unnie, no tiene que ser tan dura con ella. Soy consciente de que su posición con la chica era comprometedora, pero tiene que haber alguna explicación.

Por primera vez en muchísimo tiempo, la australiana parecía hablarle con seriedad. La pelinegra le miró sorprendida, pero las palabras que dijo sirvieron.

Deslizó el dedo en la pantalla y atendió. Seguido de ello, salió de la habitación.

-¡Oh, dios mío! ¡Mina, por fin contestas!

-Sí, y lo mejor va a ser que hables rápido si no quieres que cuelgue ahora mismo, Son.

Se oyó un suspiro en la otra línea.

-Ok... Lo que viste no es lo que piensas. Nena, yo ni siquiera sé qué hacía aquí en casa, simplemente fui a abrir la puerta y se lanzó sobre mí. Me pareció muy sospechoso de igual forma verla desaparecer, es como si sólo quisiese causarme problemas contigo. Pero quiero que entiendas, te amo con todo mi corazón, ¿Sí? Si quieres dejarme lo voy a entender, pero, mierda, necesito que me creas.

Un profundo silencio se estableció en la llamada. Mina no sabía qué hacer o qué creer; pero lo que sí sabía era que necesitaba verla cuanto antes.

-Ven a mi casa, ahora.

-Volando, mi reina.

Una estúpida sonrisita tironeó de sus labios y bajó la cabeza, sonrojada.

Así que iban a arreglar las cosas, y quién sabe qué más podrían hacer...

Eso la emocionaba, sí. Pero...

-¡Carajo!

Se metió al cuarto.

-Niñas, necesito que se vayan al cuarto de Dani, por favor. Tengo que alistarme para mi morra.

Las dos chicas que se habían quedado viendo televisión se miraron entre ellas para luego estallar en carcajadas.

-ES ENSERIO MARACAS. VÁYANSE.

Las chicas, entre risas y empujones, se dirigieron a la habitación de la más pequeña.

-Okey familia, a brillar.

Se dirigió al cuarto de baño a ducharse. Se puso quién sabe cuántas porquerías para oler bien en el cuerpo y utilizó productos para el cabello.
Se puso un conjunto de ropa interior básico, pero no por eso no era atractivo; ropa interior Kalvin Klein blanco. Como la calefacción estaba alta, optó por ponerse un hoodie encima y unos shorts de algodón gris claro que eran tapados por el buzo que utilizaba, dando la impresión de que no tenía nada debajo.

Corrió a su tocador y se puso un poco de corrector en las ojeras e imperfecciones (NULAS, MYOUI MINA ES PERFECTA) y un poco de brillo labial humectante.

Se recostó en su cama a esperar.

Se recostó en su cama a esperar

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Mina sonrió al oír una piedrita golpear su ventana, y luego otra

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Mina sonrió al oír una piedrita golpear su ventana, y luego otra. Se levantó y abrió, la mayor subiendo al instante.

Apenas puso un pie en la habitación besó apasionadamente a la nipona.
Sus labios colisionaban y enviaban descargas eléctricas al cuerpo de la coreana, quien intentaba detenerse, pero no le era posible.
Había extrañado sus labios a pesar de que hayan pasado sólo unos días desde que la besó.

Se separaron con las respiraciones agitadas y las mejillas sonrojadas.
Sonrieron. Se habían extrañado.

-Hola, Miguri.

-Hola, Chaeyoungie.

Juntaron sus frentes con cariño.

-¿Cómo estás?

Preguntó la mayor con una sonrisa.

-Mejor ahora que te veo.

Ambas se abrazaron fuertemente, sin contar que muchas cosas ocurrirían.

Traiciones, dolor, llanto, angustia. Posibles separaciones, caminos separados, un nuevo comienzo y rabia, envidia pura.

Corazones rotos, almas sanadas.

Con Dahyun y Yuna...

Dos chicas se encontraban en un café conversando.

-Tenemos que adelantar la parte principal del plan, Yuna, no podemos seguir perdiendo tiempo. Mina sigue volviendo una y otra vez con Chaeyoung y ya me estoy hartando.

La menor asintió despacio.

-Sí... Ah, con respecto a todo esto, no me llegó ningún dinero, Dahyun.

La pelinegra suspiró.

-Ya te lo pagaré. Ahora concéntrate.

-No me jodas, Kim. Sabes que estoy en una situación difícil y que necesito esa ayuda monetaria, te recuerdo que estoy haciendo tu mierda por eso.

La coreana mayor se estaba enojando.

-Si, si, pronto te lo voy a dar. Ahora necesito que me ayudes, Shin, no puedo perder a Mina. ¡Ella no puede cambiarme por esa imbécil!

Se levantó, furiosa, y se fue del lugar a paso lento, echando humo.

La de ojos grandes respiró por la nariz en un intento de no ir tras ella y golpearla.
Las cosas iban a ser difíciles.

 𝗗𝗲𝗹𝗶𝗻𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗲 | 𝗔𝗨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora