Capítulo 2: El Proyecto

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Al día siguiente, Beca decidió ir en autobús a clase. Cuando llegó, vio a Amira rodeada por más personas de su curso. Por otra parte, estaban sentadas Judit y Ashley encima de una mesa alejadas de la marabunta de gente. Se veían felices, así que no las molestó y se encaminó hacia su mesa. Cuando se sentó, el profesor de plástica entró y todo el mundo volvió a sus lugares.

En esa materia planeaban hacer un proyecto en parejas, y el profesor les emparejó a Amira y a Beca juntas.

Esa tarde Beca invitó a Amira a su casa para hacer el proyecto.

- ¡Qué suerte que nos haya tocado juntas! -Dijo Amira.

-Sí-. Beca tendía a ser muy fría en algunas ocasiones-. ¿Traes todos los materiales? -

-Sí, claro-. Amira alargó la mano hacia Beca y le mostró una bolsa de plástico que traía en su mochila.

Una vez terminado el proyecto, Beca y Amira planearon una quedada con todas sus amigas para ese viernes. El plan era ir a una ''pizzería'' y cenar juntas, pero decidieron simplemente quedar para ir de compras.

Greta les estaba esperando en el salón. En la mesa reposaba una bandeja con magdalenas que extendían su aroma a fresa por toda la estancia. Amira se encaminó hacia ellas y preguntó:

- ¿Las ha hecho usted? -

-Sí, ¿quieres probar? -

- ¡Me encantaría! - Amira avanzó y agarró una magdalena.

Dio el primer bocado y, mientras lo masticaba, el silencio inundó la habitación. Cuando lo tragó, Amira abrió los ojos como platos y miró a Greta boquiabierta.

- Entonces... ¿te gustan? - Preguntó la madre de Beca.

- ¿Que si me gustan? ¡Me encantan! - Amira abrazó a Greta. Beca se sintió un poco incómoda en ese momento, pero ignoró la sensación-. ¿Me puedo llevar algunas? -

- ¡Claro! Llévate todas las que tú quieras-. A continuación, Greta se fue a la cocina y regresó con una pequeña bolsa de papel.
Amira metió en ella cuatro magdalenas de las ocho que había.

- Muchas gracias. Hasta mañana-. Dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

- Hasta mañana-. Se despidieron de Amira a la vez.
Durante la cena, Greta parecía encantada con la nueva amiga de su hija, a la cual no paraba de ofrecer que invitara más seguido.

A Beca le pareció bien que a su madre le hubiera caído tan bien su compañera, pues, después de todo, Amira había sido muy amable con ella desde que la vio por primera vez.

Le gustaba tenerla cerca y disfrutar de su compañía, cosa que no sentía cuando estaba con Ashley.
Beca se permitió tener más confianza con personas como Amira tiempo atrás, así que, ¿por qué no incluirla en su grupo de amigas?

Se dio cuenta, tiempo después, de que, mientras todos los pensamientos rondaban por su cabeza, el tiempo no se había tomado un descanso, y para entonces, ya era más de medianoche. Beca se puso el pijama y se metió en la cama. Cogió la manta y se tapó con ella hasta la nariz.

Las horas pasaban y no conseguía conciliar el sueño. Quizá le estuviera dando demasiadas vueltas a todo... ''- ¿Habré sido demasiado fría con ella? -'' ''- ¿Le habrá caído bien mi madre, o solo estaría fingiendo? -'' Simplemente no podía parar de pensar en ella y, desde lo profundo de su mente –y aunque le acabara de conocer-, no quería perderla.
Pasó a lo que a Beca se le hizo una eternidad y por fin los párpados se fueron cerrando hasta quedar profundamente sumida en el sueño.

Como si fuera un bucle, Beca se despertó de nuevo asustada y molesta por el ruido de la alarma. Otra vez. Todos los días soñaba con el accidente de avión. Todos los días se repetía esa escena. Todos los días, soñaba con la muerte de su padre.

Con amor, karma.Where stories live. Discover now