6-Vinculos

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Guillo después que escucho la alarma del hospital subió corriendo hacia el cuarto de Kristal mientras su padre se dirigía hacia la Terapia. Los guardias de seguridad los seguían. Con cada paso que daba su corazón latía más, y su mente era un lío. ¿Y si Leonardo vino a terminar el trabajo? o alguna de las otras familias. Todo podía caver en los pensamientos del oji azul, que no se imaginaba un mundo sin Kristal o su hermano. Seria capaz de quemar todo el puto mundo si le faltaban.

Rowina se encontraba ajena a todo ya que antes de ir a la habitación de la peli negra se había dirigido al baño, para aprovechar y llamar a sus padres y retocarse un poco el desastre en el que estaba hecha. Casi grita de susto cuando se vió en el espejo. Justo al llegar al hospital después de la explosión le habían prestado una ropa, pero aquello era tan horrible para la rubia. Llamo a su papá que le contesto al tercer timbre pero como siempre nunca le puso trabas, la muchacha hacía con su vida lo que le daba la gana. Sus padres siempre se la pasaban trabajando ajenos al mundo.
Después de salir de ahí comenzó a sonar una alarma espantosa que hacía correr a la mayoría de las personas del piso, así que ella los imitó llegando a la habitación de Kristal a la misma vez que Guilio armado con un arsenal de hombres a su espalda.

_____¿Dónde está?____ le pregunto el ojo azul y ella no supo cómo contestar. Él ni siquiera espero una palabra que derribo la puerta para encontrar la habitación vacía.

_____¡ Dónde carajos te metiste mía cara!____ Guillo empezó a maldecir y a golpear todo en el cuarto. Rowina se mantuvo al margen con miedo de terminar golpeada en el intento de calmarlo. Sus maldiciones cesaron cuando sonó su móvil.

" Aquí no está, se la llevaron"

Kristal no sabe ni siquiera lo que pasó, un segundo estaba corriendo y después atrapada. Su cuerpo había sido golpeado bruscamente y tirado como un costal de papas en una camioneta. La muchacha intento pelear, pero fue en vano, cuando la amordazaron y taparon sus ojos. En su mente sólo pasaba el hecho de que quizás esté fuera su último día de vida. Lo único que podía escuchar era la voz del secuestrador en un perfecto italiano y de otro hombre que por la forma en que lo regañaba suponia que se trataba de su subordinado. Pasó alrededor de una hora desde que habían salido del hospital, ya la muchacha se estaba quedando dormida entre el dolor de sus costillas y las lágrimas cuando la camioneta paro llegando a su destino y la sacaron cargándola. Decidió quedarse tranquila, de nada servía resistirse cuando sabía claramente que tenía todas las de perder y debía guardar energías para intentar escapar.
Escucho la voz de otros dos hombres más que le indicaron a los que la llevaban dónde ponerla. Por el sonido a su alrededor la muchacha pudo deducir que se trataba de una granja y lo pudo comprobar cuando le quitaron la venda sentandola en una silla desgastada que crujió con su peso.

____Uy, la niña está llorando___ se burló el hombre delante de ella que aparentaba unos treinta años. Pudo detallarlo bien y daba demasiado miedo por la forma laciva en que la miraba, recorriendo sus muslos los cuales habían sido descubiertos al sentarla por la corta bata del hospital.

_____Quizas debamos darle motivos para llorar____ río el que estaba a su lado que se veía más viejo.

____No lo creo, es una lástima. El capo específico que estuviera intacta___ el más joven acaricio su cara y la muchacha sintió ganas de vomitar.

Ambos tipos se alejaron, dejándola sola en el medio del establo. Cuando la muchacha los perdió de vista comenzó a detallar todo, cualquier mínimo detalle que le permitiera escapar y comunicarse con Guilio. Primero debía aflojar las cuerdas que la tenías atada.
Así paso alrededor de veinte minutos, ni siquiera sabía cuántas veces había tratado de aflojar las cuerdas lastimandose aún más. Ya se podía imaginar sus muñecas sangrantes, de lo mucho que le ardían en su espalda.

Agotada decidió que era inútil y con un suspiro se rindió, para descansar un rato. Hasta que escucho la cerradura de la puerta abrirse. Un hombre elegante emergió, lo primero que pudo distinguir fue sus zapatos caros, traje hecho a la medida, contextura algo fofa por la edad que aparentaba la cuál debía estar muy contemporánea con la de su capo Dante Bianchi. Su sonrisa era diabólica y la forma en que la miro cuando se detuvo frente a ella sin prisa alguna la hizo temblar. Pero más halla de lo que imponía, estaba sus ojos que le resultaban extrañamente familiares tan iguales a los de ella.

Y efectivamente sus dudas fueron aclaradas al momento con las primeras palabras del sujeto aquí presente.

_____Disculpa por la no tan cálida bienvenida "hija"

La última palabra retumbó en sus oídos preguntándose si realmente había escuchado bien o sólo había sido un producto de su imaginación.

La criada del mafiosoWhere stories live. Discover now