Capítulo 12

2.3K 266 36
                                    

─Ella es Alana, madre ─dijo Askel al tiempo en que se colocaba a mi lado, aunque hice lo posible por mantener la calma, entré en pánico al sentir la mano de Askel colocarse en mi espalda.

─¿Alana? ─La reina enarcó las cejas, había curiosidad en ella.

¿Qué debía hacer? ¡Ay Dios! No debía quedarme parada como una estatua.

Sin pensar, hice una reverencia cosa que me hizo sentir un tanto patética, aunque era lo correcto a nadie le importó.

─Sí, Alana es su nombre ─dijo con tranquilidad─. Alana Van Doren.

─¿Van Doren? ─La mención de mi apellido despertó el interés de la reina.

─Sí, majestad.

Me atreví a hablar por primera vez.

El ambiente a nuestro alrededor se volvió tenso, hubo un silencio que ninguno se atrevió a romper y entre más pasaban los segundos, más pensaba en que quería irme de allí lo antes posible.

Nunca debí venir.

Era lo único que podía pensar.

─¿Y qué es lo que...?

La pregunta de la reina se quedó a medias cuando alguien más apareció, creo que era un mayordomo.

─¿Majestad? ─Preguntó con una reverencia, la reina dirigió su atención a él─. Los invitados ya están aquí, están esperando de su presencia.

Los labios de la reina se apretaron en una mueca, sentí que no le agradaba ser interrumpida.

Su mirada se dirigió a Askel.

─Tendremos esta conversación más tarde.

Sentenció, nadie se movió de su lugar a excepción de la reina, quien se fue siguiendo al mayordomo que había venido a buscarla, después de unos minutos, Arlette fue quien rompió el silencio.

─¿Y bien? ─inquirió enarcando las cejas al tiempo que se cruzaba de brazos─. ¿Darás una explicación al respecto?

Al príncipe no le gustó la forma en que la duquesa exigía respuestas.

Askel se apartó de mi lado para acercarse a Arlette.

─Ya te he dicho, no tengo por qué darte una explicación y tampoco quiero una de tu parte.

Volvió a dejarle en claro, la duquesa solo rodó los ojos.

─¿Es así como serán las cosas entre los dos?

─¿De qué otra forma deben ser? ─preguntó Askel, por la tensión que de pronto se formaba en la habitación deseé tener la oportunidad de marcharme por mi cuenta.

─Nosotros...

─No existe un nosotros, Arlette. No sigas.

El tono de su voz nos dejaba en claro que no pensaba discutir aquello, sintiéndome ajena a todo, decidí aclararme la garganta para llamar su atención, la mirada de ambos se dirigió hacía mí. Si, ya había conseguido escapar de la reina, pero todavía no podía librarme del príncipe y la duquesa, aquello era más complicado.

─Lo siento, pero yo no debería de estar aquí.

Conseguí decirles a ambos.

─No podría estar más de acuerdo con ello.

Dijo Arlette con orgullo, Askel fue el único inconforme con ese comentario.

─Debo irme ahora.

─Espera ─insistió Askel en mi dirección y después se volteó a Arlette, quien estaba cruzada de brazos, ninguno de los dos dijo una palabra, solo se miraron por casi un minuto, Askel dejó caer un bufido antes de dirigirse a mí de nuevo─. Te llevaré con la señorita Van Doren.

Dulce CoronaWhere stories live. Discover now