Prosas

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¿Cuántas palabras mágicas faltan para poder olvidarte? Ya no quiero extrañarte, tan sólo quisiera abrazarte, acariciarte, porque niña, tan sólo tú eres la que veo; tan sólo tú eres arte. Y por eso escribo, tratando de encontrar la forma de olvidarte, hallando la fórmula y pócima mágica, para más nunca pensarte — Le dije a la luna.

Eres preciosa y no lo entiendes. Te miras al espejo en ocasiones, pero te cuesta creerlo, porque a menudo te afectan ciertos pensamientos que ignoras. Pero por mucho que huyas de eso, yo logré ver el reflejo de tu alma; la puerta de tu esencia: Sí, tus ojos.

Hay personas como yo que podemos ver más allá de la ilusión y no nos define la idea relativa de la belleza. No me ha convencido la sociedad, que solo piensa en el gusto material u físico, en la circunferencia de glúteos, en el volumen de tetas o la forma que tiene unas caderas.

Preciosa ¿Cómo pretendes que te explique que lo eres? La luna habita en tu piel, por eso tantos lunares. Si formas una ecuación matemática con tu profesor favorito, el resultado te hará entender que eres un milagro físico.

Si te lo hago saber con palabras, probablemente no me entiendas, porque eres como la pintura de un genio incomprendido; el de los girasoles. Tantos campo de lirios y tulipanes que existen, pero yo me fijé en una rosa, en donde agarré las espinas y sangré.

La luna y la noche estrellada siempre me han parecido un reflejo perfecto de la complejidad y la belleza del amor. Así como la luna pasa por sus fases, pasando de la oscuridad a la luminosidad, también el amor atraviesa por sus propias fases, con altibajos que nos llevan de la euforia a la melancolía. nuestro camino juntos ha sido como un paseo bajo la noche estrellada. Hemos compartido momentos de alegría y de dolor, momentos en los que nuestras estrellas parecían desvanecerse, pero también momentos en los que juntos brillábamos más fuerte que cualquier constelación.

Para que veas eso debes fijar la vista hacia el corazón, porque ahí es donde se creo todo esto; este sentimiento que aún no entiendes.

¡Oh, cielito lindo! Eres libre y bondadosa, pacífica y creativa, amante y dueña de mis obras, soy un poeta gracias a los sentimientos que en mí, pusiste. No me contradigas, que sabes que no miento; yo descifre tu mirada, aprendí a amarlas.

Sé que tienes miedo; no puedo juzgarte. Por tanto, no te exigiré nada, ni que me leas, ni que me veas... Sólo que te ames, intenta verte desde mis ojos; con pupilas dilatadas, llenas de amor y estrellas.

El brillo de la lunaWhere stories live. Discover now