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Si el lunes ya había sido lo suficientemente malo, esa mañana se sentía como si desde el primer rayo de luz ya hubiera sido pronosticado como otro mal día.

Para empezar, su novio y él habían discutido por una estupidez en la tarde del día anterior, lo que había provocado que cada uno durmiera en su respectivo departamento y que a penas verse en la escuela ambos se ignoraran como pubertos caprichosos.

Su primera clase había sido estresante porque sus alumnos ni siquiera habían disimulado no haber estudiado la guía que les había proporcionado para su examen de la próxima semana, su segunda clase no había sido mejor que la primera, así que se limitó a sobrevivir y tratar de no ahorcar a ninguno de sus pupilos porque era demasiado joven para ir a la cárcel.

Sin embargo, lo que había colmado gran parte de su paciencia había sido tener que remplazar a la maestra de Estadísticas por una emergencia familiar que la había imposibilitado para llegar a tiempo. No tenía que dar sus clases, pero sí aplicar y supervisar el examen de fin de semestre de la materia. Lo que en sí mismo ya era agotador con sus propias materias lo era el doble con números de por medio.

Lo que lo hizo hacerse el desentendido en su última aplicación del día cuando vio a todo el mundo copiarse. Le dolía demasiado la cabeza como para lidiar con jóvenes sin capacidad lógica y un buen regimiento de estudio, por lo que ignoró por completo que había llegado un momento en el que ya ni siquiera copiaban con sutileza.

Ae se concentro en leer un libro y mirar de vez en cuando a los alumnos para no hacer tan obvio su desinterés.

Observó cada pupitre con cuidado antes de decidirse a volver a lo suyo, pero cuando quiso volver a su lectura, sus ojos se centraron en las dos personas al final del salón.

Uno de sus mejores alumnos, y sin duda, el peor de sus alumnos. Hubiera sido obvio que se copiaran dado la posición que ambos ocupaban en cada clase, pero el hecho de que fuera Can el que evidentemente le copiaba a Pete le llamo la atención de sobremanera a Ae.

Había escuchado muchas quejas de otros profesores respecto a Pete, sabía que sus calificaciones no eran las mejores y que su buena posición en la escuela se debía enteramente a que su papá donaba mucho dinero a principio y finales de año. No era muy brillante e incluso él se quejaba de su poca inteligencia, así que ver como Can, también uno de los mejores promedios, se arriesgaba a reprobar lo hizo sentir curiosidad.

Al cabo de media hora, vio a Can levantarse para entregarle su examen con una confianza que ni el mismo Ae se atrevería a sentir tras copiar respuestas que estaba seguro que lo llevarían a perder su beca.

En cuanto Can y otros alumnos salieron del salón, miró a Pete directamente, notando como este borraba como un obseso cada parte de su examen y volvía a escribir en él como si las respuestas le salieran de las manos.

Pete no se atrevió a mirarlo cuando le entrego su examen, limitándose a hacerle un wai rápido antes de salir prácticamente corriendo del salón.

Sin poder contener más su curiosidad reviso el examen de Can, comprobado sorprendentemente que había más aciertos que fallas. Descolocado, hojeo el de Pete solo para darse cuenta de que la gran mayoría de él estaba mal.

Tuvo que concentrarse demasiado en los borrones que había debajo de las nueves respuesta que había escrito Pete para darse cuenta de que, en efecto, Pitchaya había contestado correctamente la primera vez. No era su materia, y por supuesto que así como era listo, muchas cosas estaban fuera de su área como la Estadística, pero sabía lo suficiente como para saber que Pete había contestado bien hasta que decidió, por alguna extraña razón, borrar todas las respuestas y reemplazarlas por cualquiera estupidez que se le ocurrió.

Se había dejado una que otra respuesta correcta, pero los procedimientos los había cambiado por completo, haciendo que sin importar el resultado su respuesta fuera errónea.

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Mas tarde, cuando entrego los exámenes en la dirección y encontró a la maestra que había tenido que sustituir a penas llegando al campus, se acercó a ella para plantearle la rara situación que había presenciado con Pete.

No obstante, ella se rió en su cara afirmando que nunca había conocido a un alumno tan tonto como lo era Pete, y, que si fuera por ella lo hubiera hecho reciclar la materia, pero al igual que todos, estaba obligada a pasarlo aunque fuera con malas notas.

Ae no era una persona muy sociable o que se abriera tan fácilmente para relacionarse con los otros maestros, pero si él mismo no hubiera visto lo que había pasado, se hubiera reído junto con su colecta, sin importar lo cruel e impropio que era befarse de uno de sus alumnos.

Decidió dejarlo pasar y darle la razón a la maestra, pero la semana siguiente cuando fue su turno de torturar a los alumnos con el examen de su materia no pudo evitar vigilar de cerca a Pete.

Podía ser que Pitchaya solo fuera bueno en Estadísticas, que le diera vergüenza admitirlo porque en el resto de las materias no le iba tan bien, pero la misma situación se había repetido; Pete se había dejado copiar por Can, y una vez que Can se había ido, había borrado y remplazado sus respuestas correctas por cosas incoherentes.

Ae no lo entendía, pero no quiso abordarlo en ese momento porque unos días más tarde él y Tin, su pareja con la que llevaba cuatro años saliendo y quien también era profesor en la facultad, comenzaron a tener problemas nuevamente. Problemas que está vez cambiarían mucho el estilo de vida que llevaban.




Parece un avance lento, I know, pero juro que a partir del tercer capítulo ya se viene más acción.

Volví a estructura la historia porque no me convencia, así que tendrá de todo un poco. Puede que haya temas sensibles, sin embargo, avisaré si es el caso.

Escribir del AePete se siente como estar en casa. ❤️🤧

Choose me ─ Ae & PeteWhere stories live. Discover now