CAPÍTULO 28

53 3 1
                                    

Jade Moreau

—Escucha, conozco a Noah, y tú también... —Alex intenta convencerme de que no piense en lo peor, aunque mi cabeza ya comenzó a maquinar todo. 

Estamos en su Jeep, le pedí que me traiga a mi apartamento. Noah hace media hora que se fue y no tuvimos ninguna noticia de él, así que decidí irme y esperar aquí.

Si, mis inseguridades aumentaron increíblemente. No esperaba que sea así de hermosa. Aunque al escuchar como le respondía a Rev, no puedo negar que también me irritó. Y mucho.

Vi el edificio de la residencia acercarse y ya me preparé para bajar. No tengo ganas de charlar, ni siquiera conmigo misma, sin embargo, de eso no puedo librarme.

Alex estaciona frente a la entrada, exactamente donde siempre lo hace Noah. Abro la puerta y el fresco de afuera me hace dar un escalofrío. Pongo un pie afuera y siento una mano agarrándome del hombro.

—No sobre pienses, ella solo vino a joderle la vida a quien se entrometa en su paso y Noah no se lo va a permitir.

Simplemente miro a Alex y no digo nada, solo me suelto de su agarre y cierro, con un poco de brusquedad, la puerta del coche, y de manos cruzadas me voy hasta mi piso.

Subo velozmente las escaleras y busco la puerta correspondiente. Pongo la llave, abro y entro, con mucha habilidad. Se nota la costumbre de hacerlo todos los días.

Al cerrarla, apoyo la frente contra la fría madera y cierro los ojos. Pensando un poco todo e intentando relajarme.

¿Qué estas haciendo Jade? ¿No ves que es todo un malentendido?

¿Tú no te callas nunca en la vida verdad?

No hagas algo de lo que te arrepientas, él no está haciendo nada malo, no lo juzgues.

Suspiro y el sonido retumba por todo el comedor. Aunque me sorprendo cuando alguien detrás de mi se aclara la garganta.

Me doy vuelta y veo a Noah sentado en una de las sillas.

—¿Noah? Que... —no me salían las palabras, millones de preguntas en mi cabeza y la primera es, ¿cómo entró?

Enciendo la luz, ya que estamos a oscuras y lo único que entra es el reflejo de las luces de la ciudad por la ventana. Al iluminarse todo el sector, veo que el piso está un poco mojado y, al levantar la vista y posarla en el muchacho frente a mi, veo que está completamente empapado.

—¿Qué hago aquí? —me lee la mente—. Supuse que te irías de mi casa después de todo lo que pasó. Así que me adelanté, le expliqué todo a tu hermano y me dejó entrar —finalizó con una sonrisa en su rostro, aunque se nota que tiene frío, está temblando completamente.

Me quedé sin palabras, no supe como reaccionar. Lo único que se, y nadie me lo puede discutir, es que se ve muy bien con esa camiseta pegada a su cuerpo por estar completamente empapada.

Jade, busca algo para calentarlo, se está muriendo de hipotermia el chico.

Al fin dices algo coherente conciencia.

A paso apurado salgo disparada hacia el baño, pensando en que buscarle, sin embargo, él se me adelantó de nuevo.

Se paró en un santiamén y sostuvo mi brazo con una increíble coordinación, jaló de mí y me pegó a él.

Está congelado, su piel está completamente fría. Su respiración atolondrada pega contra mi rostro, mientras mis ojos están clavados en su pecho que sube y baja rápidamente.

Al levantar la mirada, veo sus preciosos ojos, con ese hermoso verde oscuro fijo en mí. Su cabello, completamente húmedo, se le pega en el rostro. Y grandes gotas caen por sus mejillas, que se encuentran de un leve carmesí.

Todo de tiWhere stories live. Discover now