𝗠 | En donde Bang Chan es un ladrón especializado que contratan los líderes corruptos más poderosos del país y acepta un robo que cambiará su vida.
✦ Contenido +18, violencia,
lenguaje vulgar/ofensivo, sangre.
✦ Historia original de mi cabecita
✦ L...
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23 de abril. Era el cumpleaños número 21 de Ophelia y oficialmente se iba a convertir en mayor de edad, aunque eso no hacía mucha diferencia para ella, no era partidaria del alcohol y tampoco de los clubes nocturnos. Lo único diferente sería que por fin podría renovar su identificación.
No celebra su día con una gran fiesta para tirar la casa por la ventana y tampoco una salida, prefiere quedarse en casa y rodearse de unos cuantos amigos. Es muy querida por la zona donde vive, así que la costumbre es ir y pasar un rato con ella para comer pastel. Ophelia no pide mucho. Su madre era la que se emocionaba e invitaba a medio Seúl.
— ¡Ophelia! — Paró en seco en la acera y oyó los frenos de una bicicleta, cayendo en cuenta que era Felix, el repartidor de diarios y un buen amigo de ella — Buenos días, feliz cumpleaños. Entrega especial. — le dió su periódico escrito en braille.
— Gracias — le sonrió.
— ¿Qué harás hoy?
— Sabes que nunca hago nada importante. Puedes pasar en la noche por tu rebanada de pastel. Como todos los años, mi papá siempre compra el más grande de chocolate.
— Increíble, estaré ahí, y te llevaré algo. Lo prometo. — andó en su bici, sonando la campana como despedida y siguiendo con lo suyo.
Ophelia llegó a su trabajo, dando los buenos días a los clientes que se encontraban desayunando y preparándose para hacer su turno. Nami la acompañaría hoy, ocupándose de ser la mesera y ella quien sirve los aperitivos. Suena muy complicado para alguien con ceguera, pero ya se acostumbró a ser una persona "normal" a pesar de su condición y ver las cosas sin necesidad de tener sus ojos.
— Bienvenido a Riri Cakes, qué bueno verlo por aquí — escuchó a su compañera cambiar su tono de voz cuando sonó la campana de la puerta y se mantuvo en el mostrador, esperando que le indicara la próxima orden — ¿Qué desea ordenar?
— ¿Tienes postre de tres leches con cubierta caramelo? Quiero dos porciones — Ophelia sonrió inconscientemente al escuchar la voz de Christopher. Le gusta cuando viene, hablar con él es entretenido.
— Claro, pasa a la caja mientras lo traigo— indicó, yéndose a buscar al refrigerador.
— Buenos días, Chris— saludó apenas lo sintió acercarse— se te va a subir el azúcar de tanto comer aquí.
— ¿Así tratas a tu cliente estrella? Yo soy quien te deja sin postres y tartas de caramelo casi todos los días — la castaña rió leve.
Nami volvió, dejando los recipientes a su frente y le dió una mirada rápida al chico, notando la pequeña conexión que había. Sí, probablemente le parezca sumamente atractivo Chris y desearía tener algo con él, pero Ophelia merece mucho más que alguien la quiera de verdad ya que, puesto a su ceguera, no todos los chicos se fijan en ella.
— Perdón que interrumpa pero hoy es el cumpleaños de Ophelia. Habrá una reunión en su casa en la noche, puedes ir — lo invitó.
— No soy mucho de fiestas, pero aún así, gracias por la invitación— facturó los postres y le entregó el recibo — feliz cumpleaños, Ophelia.
